Diego Pavia era un niño de apenas 5 años de edad cuando lo rechazaron del equipo de fútbol americano donde jugaban sus hermanos, debido a que aún era muy pequeño. Fue la primera de muchas veces que en el deporte le han dicho que no. Pero su madre Antoinette Padilla —al ver su desilusión— alteró su certificado de nacimiento para que pudiera jugar contra niños de mayor edad. Fue así como se forjó como quarterback hasta ser reclutado por los Vanderbilt Commodores, donde ha explotado su talento al grado de ser considerado al Trofeo Heisman.LEE ADEMÁS: Red Bull sigue sin encontrar al sustituto ideal de Checo Pérez: ¿Isack Hadjar, Liam Lawson o Yuki Tsunoda para 2026?Pavia, de raíces mexicanas, está seguro de que merece ser un candidato como el mejor jugador del fútbol americano universitario en Estados Unidos. “¡Claro que sí! Lo creo”, afirmó convencido, cuando le preguntaron si debería estar entre los aspirantes. Y no está para nada equivocado. Según las últimas probabilidades y análisis de expertos, bien podría acabar en Nueva York en diciembre.Hace 10 años, nadie se hubiera siquiera imaginado que un mariscal de campo de Vanderbilt pudiera ser candidato al Trofeo Heisman. Tampoco que los Commodores tuvieran un récord de 7-1 en octubre y se encontraran en la lucha por los Playoffs de la NCAA. Pero Pavia es sin duda el rostro de nueva era del fútbol americano universitario.El quarterback de 24 años de edad se convirtió en una sensación de la noche a la mañana después de que Vanderbilt sorprendiera al entonces número 1, Alabama, la temporada pasada. La inesperada victoria generó una gran atención mediática a nivel nacional y poco después se produjo una oleada de acuerdos de derechos de imagen y nombre que sacudió la estructura del football colegial.El jugador reclutado sin estrellas de Albuquerque, Nuevo México, se convirtió de repente en uno de los rostros más reconocibles del fútbol americano universitario. Esta temporada, Pavia ha lanzado para 1,698 yardas, 15 touchdowns y cinco intercepciones; estadísticas destacadas pero que no llegan al nivel del Trofeo Heisman.El partido que enfrentará este sábado a Vanderbilt contra Texas en el Darrell K Royal-Texas Memorial Stadium, trasciende lo deportivo. Se trata del choque entre un programa histórico que lucha por recuperar su identidad y una sorprendente revelación que vive su mejor momento en casi ocho décadas con el quarterback de origen mexicano.Por primera vez desde 1903, los Longhorns recibirán a los Commodores, en un encuentro que marcará el tono de la recta final de la temporada. Vanderbilt (7-1, 3-1 SEC) está ranqueado noveno y llega con el viento a su favor. Los Commodores no solo ostentan su mejor inicio desde 1941, sino que han conseguido tres victorias ante equipos con ranking AP en una misma temporada por primera vez en su historia.Bajo el liderazgo de su quarterback, Vanderbilt ha demostrado ser un equipo completo, posicionándose como una de las cinco únicas universidades en figurar entre las 25 mejores tanto en ofensiva como defensiva terrestre.Texas (6-2, 3-1 SEC), por su parte, arrastra las consecuencias de dos partidos consecutivos definidos en tiempo extra contra Kentucky y Mississippi State. Los Longhorns, que comenzaron la temporada como número 1 del ranking AP, han visto cómo sus aspiraciones al College Football Playoff penden de un hilo mientras se aprestan a enfrentar a tres rivales del top-10 en noviembre.La incógnita principal gira en torno al quarterback Arch Manning, quien permanece en el protocolo de conmoción cerebral tras recibir un impacto en la victoria ante Mississippi State. Aunque ha regresado a los entrenamientos, su condición sigue siendo cuestionable, lo que ha dejado abierta la posibilidad de que Matthew Caldwell deba tomar las riendas de la ofensiva.El duelo revive memorias de un encuentro del pasado, cuando Texas se impuso 27-24 en Nashville tras recuperar un onside kick en el minuto final. Para Pavia, representa una oportunidad de revancha tras lanzar dos intercepciones en esa derrota. Mientras Vanderbilt exhibe un juego equilibrado y lleno de confianza, Texas lucha por encontrar consistencia en su ofensiva terrestre, donde ocupa el puesto 90 nacional con 139.8 yardas por juego, y con un rendimiento irregular en el puesto de quarterback.The post Diego Pavia: la estrella de origen mexicano que espera confirmarse en el Vanderbilt vs. Texas como aspirante al Trofeo Heisman first appeared on Ovaciones.