Cuando Pedro Sánchez se subió a la tribuna del Congreso a finales de mayo de 2018 para pronunciar su discurso en la moción de censura contra Mariano Rajoy, Rosalía había lanzado apenas horas antes Malamente. Fue un antes y un después en la política española y en la música. El hoy presidente del Gobierno vuelve a navegar por procelosas aguas al ritmo de la barcelonesa. Pero ahora es como Berghain, un mundo que se mueve espídico entre la ópera barroca, los clubs de techno y el sentimiento de que todo se puede disolver “como un terrón de azúcar”.El presidente acaba la semana habiendo superado unas duras citas que podían haber hecho tambalear por completo la legislatura y su futuro: la ruptura de Junts, el delicado funeral de Estado por las víctimas de la dana en Valencia y el interrogatorio en el Senado dentro de la comisión de investigación de caso Koldo. Y logró salir adelante airoso con una estrategia muy medida.Un respiro en el Palacio de La Moncloa, donde, de nuevo, cada minuto de actualidad es una montaña rusa mareante que amenaza el futuro de la coalición. Y otra vez con el foco puesto en los tribunales, ya que en el Gobierno están muy pendientes de la previsible publicación de un informe de la UCO sobre el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, sobre el caso mascarillas y la decisión del Tribunal Supremo de pedir a la Audiencia Nacional que investigue los pagos en metálico del PSOE a José Luis Ábalos, ex secretario de Organización, y a su exasesor Koldo García. Este movimiento judicial llega horas después de que el presidente del Gobierno compareciera en la comisión de investigación en el Senado sobre el caso Koldo, donde aseguró que la financiación del partido es “absolutamente limpia y legal”. La sensación que trasladan en el Ejecutivo sobre su paso por la Cámara Alta: “Entramos tranquilos y salimos satisfechos”. En el equipo de Sánchez sostienen que el presidente superó el “lodazal” en el que las derechas convirtieron la comisión de investigación (de “difamación”, la llamó el jefe del Ejecutivo) y resaltan que se ha visto el estilo “grosero y faltón” del Partido Popular. En La Moncloa creen que el presidente logró frenar con su “experiencia escénica” a unas derechas atropelladas con su “máquina del fango”. “Era un circo, con los senadores haciendo fotos al presidente, intentando distraerlo”, señalan fuentes gubernamentales.En el Gobierno entienden que Sánchez ha logrado desactivar la gran bala política que tenía Núñez Feijóo para este otoño y que el Partido Popular ha fracasado en su intento de agitar el tablero político con esta comparecencia con la que querían tapar las “vergüenzas” de Carlos Mazón. Incluso están sorprendidos por el discurso cortante y poco elaborado del senador popular Alejo Miranda, quien reconoció este viernes, horas después del cara a cara, que el socialista fue “un muro muy difícil de traspasar”. Uno de los momentos más complicados de la semana fue el funeral de Estado en Valencia el pasado miércoles, donde el gran protagonista para mal fue Carlos Mazón. Pero el presidente del Gobierno no había estado exento de críticas durante este año por la gestión de los recursos del Ejecutivo durante la dana. La línea de Sánchez en el acto fue la de no buscar ningún papel protagonista y hacer descansar sobre los reyes el principal peso institucional. Siempre estuvo en un segundo plano.De hecho, fue mucho más visible la presencia de la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, al lado de las víctimas y haciendo de enlace con los reyes durante el saludo en una sala anexa. En el Ejecutivo subrayan que su intención en todo momento fue que el acto respondiera al deseo de las víctimas y que las autoridades tuvieran un papel de acompañamiento en su dolor. Este espíritu fue también el que ordenó Sánchez a los suyos en el Congreso durante la sesión de control del miércoles por la mañana, horas antes del funeral por el primer aniversario de la tragedia de la dana. El presidente evitó entrar en el rifirrafe directo con Núñez Feijóo, quien llegó a culparle de “politizar” el drama valenciano y volvió a acusar de corrupción a su familia. “Hoy no es el día, es el día de las víctimas”, le reprochó el presidente al líder de los populares.No quiso entrar en ese choque, pero en el PSOE la percepción generalizada es que la situación de Mazón ya no es algo que se circunscriba únicamente al PP valenciano, sino que afecta directamente a Feijóo por sostenerlo en su puesto. Además, en el mundo político la sensación es que el funeral marcó un antes y un después respecto al presidente valenciano. No obstante, en Génova 13 siguen manteniéndolo. Los socialistas creen que esto retrata de manera muy nítida el estilo “sin escrúpulos” del líder popular.El PSOE también ha tenido que atravesar una tormenta estos días con la decisión de Carles Puigdemont de romper su pacto de investidura, ratificada este jueves por las bases de Junts con un 88% de apoyo. A pesar de los titulares, los posconvergentes no ha abandonado el bloque de investidura del todo. De hecho, el pasado miércoles por la tarde volvieron a unir sus votos al PSOE y el resto de socios para sacar adelante la ley de atención a la clientela. Desde Moncloa dicen que la receta para reconducir la situación pasa por “diálogo, diálogo y diálogo”.Superada esta semana, vuelven a aparecer algunos nubarrones en el cielo del Gobierno. La derecha mediática y política alimenta ya el impacto del informe elaborado por la UCO sobre el ministro Torres por el caso mascarillas durante su época al frente de la presidencia de Canarias. Él lleva meses diciendo que está tranquilo y que no hizo nada ilegal. Desde su entorno se ahonda en que no hay ningún tipo de mordida ni “pisos con prostitutas”, como lleva alimentado meses la oposición.El viernes al mediodía llegó también una noticia preocupante para el PSOE: el Supremo pide a la Audiencia Nacional que investigue los pagos en efectivo a Ábalos y García. “Todas las incógnitas deben ser despejadas”, escribió en su auto el juez Leopoldo Puente. Los socialistas señalaron posteriormente: “El comportamiento del partido siempre ha sido escrupulosamente legal, sin que se haya cometido ninguna actividad o practicado ningún comportamiento que pueda ser considerado irregular, y mucho menos delictivo”.“Aportaremos la documentación bancaria que demuestra que todo el efectivo utilizado para responder a la liquidación de gastos procede de la cuenta bancaria del PSOE. Todo el efectivo abonado por el PSOE tiene una trazabilidad cierta y legal, sin la existencia de descuadres o liquidaciones no anotadas”, manifiestan desde Ferraz.