Casi dos décadas después de aquella explosión musical que supuso Tucaratupapi, el G-5 –formado por Kiko Veneno, El Canijo de Jerez, Muchachito, Tomasito y Diego Ratón– ha vuelto a reunirse para celebrar su regreso por todo lo alto. El escenario elegido ha sido el Cartuja Center Cite de Sevilla, dentro de la programación del Piñata Music Series, donde el grupo ha hecho vibrar a un público que esperaba con entusiasmo el reencuentro de esta banda irrepetible.El G-5, en acción. JUAN CARLOS TOROUn regreso con el mismo espíritu libre de siempreEl grupo ha recordado su origen en aquel 2006 cuando, entre risas y guitarras, se encerraron en un estudio y dieron forma a un proyecto que fue más una fiesta colectiva que un simple álbum. Se hacían llamar G-5 y su propuesta mezclaba rumba, rock, flamenco y jaleo, un cóctel musical nacido de la experiencia acumulada en tablaos, bares y escenarios callejeros. Aquella unión espontánea se convirtió en una celebración de la libertad creativa.Así la ha liado el G-5 en Sevilla. VÍDEO: JUAN CARLOS TOROCon su nuevo trabajo, titulado El que quiera dormir, que se compre una colchoneta, el grupo ha vuelto a demostrar que su esencia sigue intacta. El disco ha sido concebido como un homenaje al desenfado y la complicidad que siempre han caracterizado al quinteto. Tras su publicación, los músicos han emprendido una gira que ha pasado por Barcelona, Madrid, Valencia, Cartagena, Gijón y Calvià, con varias fechas en las que las entradas se agotaron en pocas horas.Kiko Veneno y Diego Ratón, con Tomasito al fondo. JUAN CARLOS TOROEl público sevillano ha respondido con la misma energía que G-5 desprende sobre el escenario. Entre palmas, coros y sonrisas, los asistentes han revivido la química de un grupo que ha sabido mantener su identidad y su frescura pese al paso de los años. La banda, por su parte, ha demostrado que el humor, la amistad y la música pueden seguir caminando de la mano.Otro momento del concierto. JUAN CARLOS TORODurante el concierto, los cinco artistas han alternado temas clásicos con nuevas composiciones, reafirmando su capacidad para mezclar estilos sin perder autenticidad. La improvisación, las bromas entre ellos y la conexión con el público han marcado una actuación que muchos han descrito como “una celebración de la vida y del arte sin etiquetas”.Casi veinte años después de su primera aventura, G-5 ha vuelto a prender la chispa. Y lo ha hecho sin nostalgia, con la misma irreverencia y alegría que los convirtió en una referencia genuina dentro del panorama musical español.