Leía a Indridason hace años con su serie de Elendur y la verdad es que disfrutaba mucho de sus libros; no sé por qué dejé la serie a medias. Al ver que publicaba nueva serie, me decidí a leerla y lo he hecho en compañía, en una lectura conjunta.Éstas son mis impresiones Ficha técnica Editorial: RBA Páginas: 320 ISBN: 9788490568101Sinopsis En las gélidas profundidades del glaciar Langjökull se descubre un cuerpo congelado que es aparentemente el de un empresario que lleva treinta años desaparecido. En su momento la investigación policial no arrojó resultados y si bien uno de los socios del desaparecido estuvo detenido brevemente, no se encontraron pruebas suficientes para acusarlo. Pero ahora todo ha cambiado y Konrád, el policía que investigó la desaparición quien se encuentra ya retirado, será convocado nuevamente para reabrir el caso. Para su fortuna, cuenta con una nueva información que le ha brindado una mujer desconocida que puede, por fin, ayudar a esclarecer un caso que llevaba tanto tiempo sin resolverse. Impresiones Konrad trabajó en la policía pero lleva ya unos años jubilado. En su día investigó la desaparición de un hombre pero no se llegó a encontrar, ni vivo ni muerto. Hubo una persona, alguien que fue socio suyo sospechoso de haberlo matado pero no se pudo probar nada. Ahora, décadas después, aparece su cadáver en un glaciar: el deshielo lo ha sacado a la luz. Aunque ya no es policía, ni siquiera detective privado, Konrad se implica: el no haber averiguado nada es una espinita clavada en su orgullo profesional. Esta es la primera entrega de una nueva serie protagonizada por Konrad. Si queréis leer algo de este autor islandés, puede ser una buena opción para empezar. Es una historia que se cuece a fuego lento. No esperéis un ritmo vertiginoso porque no lo hay. Es algo típico de la novela negra nórdica y en este caso está aún más justificado por el tiempo que ha pasado desde el asesinato y por el propio cariz de la investigación. Al no ser Konrad un profesional, tiene que investigar a lo antiguo: preguntando a quienes en su día conocieron a la víctima, relacionándolos con otras personas, tirando del hilo poco a poco La ambientación espacial es francamente buena. Un país como Islandia me resulta bastante exótico, tanto por sus preciosos paisajes, su terrible clima y la forma de ser de sus habitantes. Todos se tratan de tú aunque no se conozcan y aunque sean personas mayores, se bebe mucho (a todos los de la lectura conjunta nos ha sorprendido lo mucho que beben licores de alta graduación y que la cerveza estuviese prohibida hasta hace pocas décadas) y otras particularidades. Los personajes tienen nombres raros para nosotros pero no es difícil hacerse con ellos; eso sí, pronunciándolos de aquella manera o directamente españolizándolos. Entre todos ellos, obviamente, destaca Konrad, un hombre con el que es fácil empatizar y al que no me disgustará encontrarme en las novelas siguientes. Nos habla de su pasado, especialmente su terrible infancia con su padre y cómo pudo remontar el futuro al que parecía dirigido. También de su mujer; referente a esta hay algunas escenas muy bonitas, una de las cuales me aguó los ojillos. Como suele ser habitual en la novela negra nórdica, hay  crítica social. Por ejemplo, el calentamiento global que lleva al deshielo de glaciares en el Mar del Norte, la soledad, la necesidad de respetar siempre el principio de inocencia y no colgar a nadie el sambenito de un crimen que no ha cometido y otros. 1/2