Tribuna libre de Germán Beardo | Cádiz CF: el valor de ser de aquí

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Mi amigo Saldaña siempre dice que es ingeniero de profesión y político por vocación. Yo, en cambio, estoy en política, pero mi pasión es el fútbol. Lo jugué y lo he vivido desde niño: desde el fondo norte en Miramar, pasando por Carranza cuando aún pasaba el tren, hasta Chapín en 2005. He visto al Cádiz en todas sus etapas, desde las más humildes hasta este presente del que hoy podemos sentirnos orgullosos.En el fútbol moderno, donde muchos clubes son ya empresas sin alma, el Cádiz CF ha decidido ser una excepción: un club con identidad. Bajo la gestión de Manuel Vizcaíno y Rafael Contreras, ha pasado de sobrevivir con dificultades a consolidarse como un proyecto sólido, profesional y profundamente gaditano. Lo que otros compran con petrodólares, aquí se ha levantado con trabajo, planificación y orgullo de territorio.[articles:345126]A comienzos de siglo, el Cádiz era un club a la deriva: encallado en Segunda B, con impagos, sin cantera y con una estructura casi inexistente. La transición a Sociedad Anónima Deportiva, impuesta por ley, dejó heridas profundas en entidades históricas que, como la nuestra, tuvieron que convertirse en empresas sin apenas recursos. Pero mientras otros clubes cayeron en manos de inversores extranjeros y fondos especulativos, el Cádiz eligió otro camino. Vizcaíno y Contreras apostaron por una gestión profesional pero con raíces, hecha desde aquí, por gente que sabe lo que significa la plazoleta en La Laguna o el tren del gol.Los resultados son evidentes. Hoy el club es económicamente estable y rentable, con beneficios incluso en el año del descenso y una facturación superior a los 60 millones de euros. El proyecto Sportech City, con más de 370 millones de inversión prevista, simboliza ese salto de escala: el Cádiz no solo compite, sino que impulsa riqueza y empleo en la provincia, convirtiéndose en motor económico de un territorio que necesita oportunidades en todos sus sectores, también en el deportivo.Pero la mayor conquista no está solo en los números, sino en el campo. El Cádiz ha vuelto a conectar su cantera con el primer equipo. Nombres como De la Rosa o Víctor Aznar ya representan ese nuevo modelo, al que se suman jóvenes internacionales sub-17 y jugadores formados en casa que triunfan fuera, como Eyong en el Levante. Detrás hay un proyecto serio: una residencia para jóvenes en El Madrugador, cuerpos técnicos profesionalizados, colaboración con centros educativos e inversión constante en formación. Se trata de educar en el Cádiz para jugar por el Cádiz, y que la identidad de la grada se refleje también sobre el césped.[articles:344977]En un fútbol globalizado donde clubes históricos han perdido su alma, el Cádiz CF sigue siendo un proyecto de Cádiz, para Cádiz y desde Cádiz. No llegó un magnate, sino un equipo gestor con compromiso y visión. Han modernizado el club, consolidado al equipo en la élite, fortalecido la cantera y mantenido vivo el cadismo desde nuestra tierra, no desde Boston, Singapur o Riad. Hoy el Cádiz no solo es una marca deportiva al alza, sino una institución que proyecta orgullo, sostenibilidad e identidad.Del Cádiz precario de 2001 al Cádiz moderno de 2025 media algo más que tiempo: media una convicción. La salida a bolsa de Nomadar no es un capricho, sino una apuesta por competir en el mundo global sin renunciar a nuestras raíces. Demuestra que se puede gestionar con cabeza sin perder el corazón.Por eso las instituciones locales y provinciales debemos estar a la altura: acompañar, apoyar y sumar. Que el Cádiz crezca sin dejar de ser de aquí.