Según el Ministerio de Hacienda, el nuevo sistema de salud tendría un costo estimado de $100,9 billones este año. Foto: Valora Analitik.Un intenso debate fiscal envuelve a Colombia, contraponiendo las afirmaciones del Gobierno de Gustavo Petro sobre la reducción de la deuda pública respecto al Producto Interno Bruto (PIB) frente a las alarmantes proyecciones de analistas y exfuncionarios, que insisten en una trayectoria ascendente e inevitable del indicador.Recomendado: MinHacienda de Colombia anuncia nueva operación de canje de TES; ya van siete rondasEn medio de esta tensión, las cifras del Banco de la República ofrecen un panorama mixto que valida parcialmente la estrategia gubernamental, aunque no disipa las preocupaciones estructurales sobre el déficit fiscal.Desde el Ministerio de Hacienda, el mensaje es claro: la deuda está cediendo. El director de Crédito Público, Javier Cuéllar, ha expresado la convicción del Gobierno de que la deuda neta en proporción al PIB se ubicará por debajo del 60 %. Según Cuéllar, este indicador se situó en 60,2 % en septiembre (calculado con el PIB rezagado del segundo trimestre), y es probable que al corte de septiembre ya se encuentre por debajo del 60 %, cumpliendo una meta técnica propuesta para 2025.Estas afirmaciones encuentran soporte en el comportamiento reciente de las obligaciones externas del sector público. De acuerdo con las estadísticas preliminares del Banco de la República, en julio de 2025 la deuda del sector público contrajo su participación en el PIB en 10 puntos básicos (pb) para situarse en 27,5 % (luego de haber sido 27,6 % el mes anterior).Esta disminución en la participación de la deuda externa pública se explica, en gran parte, por una reducción en el saldo en dólares de las obligaciones (-0,4%), pasando de US$116.702 millones en junio a US$116.206,5 millones en julio. El Ministerio de Hacienda atribuye este logro a la estrategia de endeudamiento implementada por la Dirección de Crédito Público, la cual ha logrado reducir el peso de estas obligaciones tanto en el Presupuesto General de la Nación como en el PIB.Es importante notar que, mientras la deuda pública externa disminuyó, la deuda externa total (pública y privada) se mantuvo en julio de 2025 en un equivalente al 49,1 % del PIB. De hecho, la tendencia alcista de la deuda externa total se explicó por el comportamiento del sector privado, cuya participación pasó de 21,4 % a 21,6 % del PIB en el mismo mes.La proyección de los analistasA pesar de los éxitos en el manejo de la deuda externa, la mayoría de los analistas financieros y observadores fiscales insisten en que la tendencia subyacente de la deuda total es al alza, impulsada por un gasto inflexible y un déficit fiscal históricamente alto.Richard Francis, codirector de Calificación de Soberanos para las Américas en Fitch Ratings, reconoce que la fortaleza del peso colombiano ha mitigado el deterioro, permitiendo que la relación deuda/PIB se mantenga levemente por debajo del 60 % en 2026. Sin embargo, Francis subraya que la trayectoria de la deuda pública sigue siendo motivo de atención y que la tendencia general sigue siendo al alza.Fitch proyecta que el déficit fiscal se acercará al 7 % del PIB el próximo año, un nivel que, si se acercara al 8 %, resultaría «muy negativo» y exigiría un ajuste aún mayor en el futuro.Las proyecciones más pesimistas provienen del exministro de Hacienda José Manuel Restrepo, quien advirtió que el Gobierno Petro podría llevar el déficit fiscal y la deuda pública a máximos históricos, proyectando un déficit de -8 % y una deuda de 65 % del PIB.Riesgos de financiación y déficit desbordadoLas preocupaciones de los analistas se centran en la dificultad del Gobierno para ajustar el gasto en un año electoral, además de la incertidumbre generada por la proyección de ingresos basada en una reforma tributaria aún inexistente.Investigaciones Económicas (IE) del Banco de Bogotá estima que el déficit fiscal del Gobierno Nacional Central (GNC) totalizará 2025 entre 7,8 % y 8 % del PIB. Este rango supera el 7,1 % del PIB trazado por el Ministerio de Hacienda y se explica por una sorpresa bajista en ingresos (un faltante proyectado entre $8 B y $10 B) y una sorpresa alcista en el gasto primario por mayor ejecución presupuestal. De hecho, el PGN de $523 billones que se está ejecutando es el cuarto presupuesto más alto del siglo XXI.Además, la estrategia de financiación del Gobierno, que busca obtener recursos a menor costo, se ha centrado en instrumentos de corto plazo, como los Títulos de Tesorería de corto plazo (TCO) y los Depósitos del Tesoro (pagarés de la Nación). Si bien esto ha ayudado a reducir el pago de intereses inmediatamente, ha generado grandes riesgos de refinanciación (o roll-over) para 2026, los cuales podrían ascender a $179 B.En conclusión, mientras el Gobierno destaca el manejo exitoso de la deuda pública externa y aspira a mantener la deuda total por debajo del umbral del 60% del PIB, la mayoría de los expertos alertan que la combinación de un gasto elevado, un déficit fiscal en ascenso y los riesgos asociados a la financiación de corto plazo auguran un panorama de alza inevitable para el indicador de deuda a medio plazo.