No fue una catástrofe natural, ni un derrumbe. Fue una bolsa de Cheetos. Y aun así, logró poner en jaque a una de las cuevas más valiosas del planeta

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Una bolsa de snacks cayó en lo más profundo de la cueva más grande de Estados Unidos y provocó una reacción en cadena: hongos, insectos y moho extendiéndose por un ecosistema milenario. Lo que parecía una anécdota menor terminó revelando hasta qué punto el ser humano altera lo que ni siquiera alcanza a comprender.