En la Real Casa de Correos han sacado lápiz y papel y se han puesto a sumar la deuda que el Gobierno central mantiene con ellos. Y el resultado del cálculo es una cifra apabullante: 10.500 millones de euros desde 2019, que es el año en que Isabel Díaz Ayuso llegó a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Una cantidad que resulta de sumar deudas por leyes inaplicadas como la de la Dependencia, servicios públicos cuya financiación no se ha cubierto como el transporte, y ayudas de la Unión Europea que no han llegado por haber sufrido Madrid «un castigo», aseguran. «Es algo que nos preocupa, porque es un dinero que no ha llegado a los servicios públicos de los madrileños», denunciaba la consejera de Economía, Empleo y Hacienda, Rocío Albert, durante un reciente encuentro con medios de comunicación. El agujero que dejan estos impagos en las arcas regionales es importante: equivale al 38 por ciento del presupuesto anual de la Comunidad madrileña. La cantidad sale de sumar varios conceptos muy diferentes. El más importante de todos es el relativo a la Ley de Dependencia. La consejera explica que el Gobierno central, de acuerdo con la misma, debería hacerse cargo del 50 por ciento de las ayudas que reciben las personas en situación de dependencia, pero en realidad no llegan ni al 30 por ciento. La cantidad no aportada, desde 2019 hasta la actualidad, suma según sus cálculos 2.430 millones de euros. «Esto supone en torno a los 365 millones de euros al año, o lo que es lo mismo, un millón al día de deuda por esta vía. ¡La cantidad de dependencia que podríamos cubrir con ese dinero!», lamenta la consejera. A esta partida se unen otras, como las de inversiones ya comprometidas y no ejecutadas, entre las que la consejera Albert cita las «221 actividades, por un monto de 1.580 millones de euros, correspondientes al tercer ciclo del Plan Hidrológico del Tajo, obras que no se han llevado a cabo». Y tampoco han llegado a Madrid, denuncian, los recursos para las obras en las depuradoras de La China, Butarque y Sur, «que fueron declaradas de Interés General del Estado y son infraestructuras clave en el sistema de depuración de la cuenca del Tajo, esenciales para cumplir con la normativa comunitaria». Suponen otros 1.200 millones de euros que no han llegado, insisten. «Eran para cumplir con la normativa europea; si luego nos multan, debería pagarlo el Gobierno central». Otro capítulo en el 'debe' es el relacionado con el transporte público. Ahí, el Gobierno regional apunta directamente al ministro Óscar Puente, que según dicen les adeuda «268 millones de euros por la aportación de este año al Consorcio Regional de Transportes y por las rebajas en las tarifas», que tampoco se han abonado en la parte que correspondía al Gobierno central. En lo tocante a los fondos europeos, consideran en la Consejería de Economía que «Madrid ha sido infrafinanciada, y es la que menos recibe por habitante». Poniendo números a la acusación, aseveran que «el importe consignado hasta abril de 2025 ha sido de 3.242 millones de euros, el 11,3 por ciento del total asignado a las comunidades autónomas, a pesar de que representa el 14,6 por ciento de la población nacional. Ese desajuste ha significado 950 millones de euros que la región no ha percibido» por esta vía, lo que considera la consejera que fue «un castigo». Eso, sin contar con que tampoco hicieron caso a las indicaciones que les dieron sobre dónde sería más efectivo gastarlo: «Por ejemplo, dijimos que debería invertirse en colegios, muchos de los cuales fueron construidos en los años 60 y necesitaban una rehabilitación energética, que se podía hacer con fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia». Pero «no nos hicieron caso, y dieron ese dinero para comprar tabletas y para plazas en escuelas infantiles», que una vez creadas, suponen crear al Gobierno regional «un gasto estructural, porque hay que seguir pagando a los profesores», replican. Hay también parte de esa deuda genérica de 10.500 millones de euros que tiene que ver con la puesta en marcha de la Ley de Eficiencia de la Justicia: 44 millones de euros que debían haber dado al Ejecutivo regional para aplicar las novedades de la ley y no han llegado, denuncian. Y otra partida es la de la asistencia sanitaria que Madrid da a los presos en las prisiones situadas en la Comunidad de Madrid, que suma 27 millones de euros también impagados hasta el momento, afirman. En el Gobierno de Díaz Ayuso no van a pasar por alto estas cantidades: de hecho, explica la consejera que la deuda no se puede reclamar en un único recurso, dado que proviene de distintos organismos y en diferentes periodos. Lo que están haciendo ya es ir presentando las reclamaciones y contenciosos correspondientes a cada deuda en concreto. Madrid, al igual que el resto de comunidades, defiende la necesidad de un nuevo sistema de financiación porque el actual «es obsoleto» y en el caso de la región «está muy por debajo lo que recibimos de la media por habitante». Esta es una petición que, asegura Albert, «no tiene color político». Recordó que Madrid «aporta un 76 por ciento al Fondo de financiación de los servicios públicos esenciales, Cataluña algo más del 20 por ciento y Baleares un 4,3 por ciento, el resto de comunidades no aportan, sólo reciben». Por eso exige un sistema nuevo de financiación transparente y justo, sobre todo «ahora que se está pactando bilateralmente con Cataluña un cupo como el vasco o como el concierto navarro, pero que no está recogido en la Constitución». Algo que «rompe la caja común y el sistema de las autonomías». Igual que la condonación de deuda a Cataluña, que «es la mutualización de la deuda». Por eso han presentado recurso ante la Audiencia Nacional contra el acuerdo de condonación firmado el año pasado, y ahora han presentado alegaciones al anteproyecto de ley de condonación aprobado en septiembre.