Cómo caminaban los moáis: la solución científica a un misterio ancestral

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Durante siglos, los moáis de la Isla de Pascua han fascinado a investigadores, exploradores y turistas. Estas imponentes estatuas de piedra volcánica, algunas de hasta 10 metros de altura, fueron esculpidas por el pueblo Rapa Nui hace más de 700 años. El verdadero misterio no era tanto cómo fueron talladas, sino cómo lograron ser transportadas desde las canteras hasta sus plataformas ceremoniales, muchas veces ubicadas a kilómetros de distancia.Durante mucho tiempo, teorías de lo más dispares han intentado responder esta pregunta. Desde trineos de madera hasta rampas, pasando por ideas más fantásticas que involucraban intervención extraterrestre. Sin embargo, una reciente investigación podría cerrar definitivamente este debate, con una explicación basada en modelos 3D, experimentación física y tradiciones orales.Una teoría con bases científicas y culturalesCarl Lipo y Terry Hunt, dos antropólogos que han estudiado durante años la cultura Rapa Nui, publicaron un artículo en el Journal of Archaeological Science que pone a prueba la llamada hipótesis del moái caminante. Este enfoque propone que los moáis fueron «caminados» en posición vertical por grupos de personas que utilizaban cuerdas para balancearlos de lado a lado, en un movimiento similar al de una nevera grande que se transporta inclinándola con cuidado.Para poner a prueba esta idea, los investigadores no se quedaron en la teoría. Crearon modelos digitales de 962 estatuas usando tecnología de escaneo 3D y fabricaron una réplica de 4,35 toneladas. Con solo 18 personas y un sistema de cuerdas, lograron moverla 100 metros en 40 minutos, balanceándola en zigzag. El experimento demostró que, lejos de necesitar máquinas sofisticadas o deforestación masiva para crear trineos, los Rapa Nui pudieron haber aprovechado la física y el diseño de las propias estatuas.Ingeniería ancestral: diseño y caminosUn elemento clave que apoya esta hipótesis está en los detalles del diseño de los moáis. Las estatuas presentan una base ancha en forma de D y una ligera inclinación hacia adelante, que podría facilitar el movimiento pendular. Esta inclinación no es un accidente, sino una característica intencional que mejora la estabilidad al moverse de forma vertical.Los caminos que conectan las canteras con los ahu (plataformas ceremoniales) también ofrecen pistas importantes. Las vías, de unos 4,5 metros de ancho, tienen secciones transversales cóncavas, como si hubieran sido diseñadas para mantener el equilibrio de las estatuas durante su desplazamiento. No se trata de senderos improvisados, sino de infraestructura planeada que indica un nivel alto de conocimiento de ingeniería civil.Más aún, hay evidencia de que los propios moáis, al ser transportados, moldeaban el terreno, creando baches y desniveles que servían de guía para los siguientes movimientos. Es como si cada estatua abriera camino para la siguiente, adaptando el entorno a sus necesidades, en un proceso casi orgánico.La tradición oral como respaldoLa teoría del moái caminante no solo se sostiene en datos científicos, sino también en los relatos tradicionales de los Rapa Nui. Desde hace generaciones, las canciones y leyendas locales hablan de estatuas que «caminaban» desde la cantera hasta su destino final. Estas narraciones, muchas veces consideradas simbólicas, hoy cobran un nuevo sentido a la luz de la evidencia experimental.Lejos de ser una simple coincidencia, esta conexión entre ciencia y tradición oral ofrece un reconocimiento al ingenio de una cultura que, con recursos limitados, logró realizar una de las mayores proezas logísticas de la historia premoderna. Como señala el propio Lipo, los Rapa Nui resolvieron un problema complejo con creatividad y conocimiento profundo de su entorno.Rechazo a teorías alternativasEl nuevo estudio también dedica espacio a desacreditar explicaciones anteriores, incluyendo la idea de que los moáis fueron arrastrados sobre troncos, lo cual habría requerido una deforestación insostenible. También refuta las especulaciones pseudocientíficas sobre ayuda alienígena, que durante mucho tiempo alimentaron mitos sin fundamento.El enfoque de Lipo y Hunt parte de un principio básico del método científico: probar lo que se puede probar. Con herramientas actuales como la modelación 3D, la reconstrucción de caminos y las pruebas físicas, se ha logrado una demostración empírica de cómo pudieron haber sido trasladadas estas colosales figuras.Lecciones de una civilización ancestralMás allá de resolver un misterio arqueológico, este hallazgo invita a revalorar el conocimiento ancestral. En lugar de ver a las civilizaciones antiguas como sociedades primitivas, se destaca su capacidad de resolver problemas complejos con herramientas simples, observación y ensayo.La forma en que los moáis «caminaban» por Rapa Nui no es solo un dato curioso. Es una muestra de que, con creatividad y cooperación, es posible lograr lo aparentemente imposible. Al comprender mejor el pasado, también aprendemos a mirar con otros ojos los desafíos del presente.La noticia Cómo caminaban los moáis: la solución científica a un misterio ancestral fue publicada originalmente en Wwwhatsnew.com por Natalia Polo.