En una sesión que reflejó tanto los acuerdos políticos del Gobierno como las tensiones por la distribución del gasto, la plenaria del Senado aprobó este jueves -16 de octubre- el Presupuesto General de la Nación (PGN) para 2026, por un monto total de $546,9 billones; conforme se había acordado durante las votaciones en Comisiones Económicas Conjuntas y la posibilidad de ajustar la Ley de Financiamiento.Con 50 votos a favor y 27 en contra, el Legislativo dio luz verde al texto que ya había sido aprobado por la Cámara de Representantes, lo que evita el trámite de conciliación y deja listo el presupuesto que regirá a partir del 1° de enero del próximo año.Consulte aquí: Balance fiscal de octubre: Carf alerta por más gasto y menos cajaEl monto aprobado mantiene la estructura propuesta por el Ministerio de Hacienda, sin recortes ni modificaciones frente al proyecto inicial, en el que el gasto público crece un 5,3% respecto al presupuesto de 2025; en una decisión que marca el cierre de un debate que, aunque se resolvió con mayorías claras, deja abiertas varias preocupaciones sobre la sostenibilidad fiscal, la distribución regional de los recursos y la priorización del gasto social.El ministro de Hacienda, Germán Ávila, celebró la aprobación como un triunfo del diálogo entre el Gobierno y el Congreso e indicó que “agradezco de manera muy especial a los senadores y representantes que acompañaron este debate. Hemos dado un ejemplo significativo de que hay caminos de acuerdo para lograr estrategias fundamentales en el desarrollo del país”.Estas cuentas de gasto comenzarán a regir el 1 de enero del 2026.Imagen de ChatGPTSegún el funcionario, la concertación entre las comisiones económicas y las plenarias de ambas cámaras permitió un texto consensuado que garantiza continuidad en los programas del Plan Nacional de Desarrollo.Sin embargo, el ambiente no fue unánime y desde sectores de la oposición y del centro político se escucharon críticas por lo que consideran una aprobación “exprés” y sin debate profundo; como fue el caso de la senadora Angélica Lozano, quien expresó su rechazo a acoger el texto sin modificaciones, advirtiendo que la decisión podría exponer el presupuesto a “riesgos de nulidad”, como sucedió con la reforma pensional.Lea también: Informalidad empresarial, el 'freno de mano' para el empleo formalAdemás, cuestionó la eliminación de su proposición “candado”, que buscaba impedir la posibilidad de un nuevo crédito por $16 billones, al que calificó como “una reforma tributaria disfrazada”.Lozano también criticó el incremento de recursos a entidades del Ejecutivo, en particular $280.000 millones adicionales al Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre) y $587.000 millones a entes de control, al tiempo que se reducen partidas a la Defensoría del Pueblo; advirtiendo que “aumentar partidas sin objetivos claros ni controles adecuados es un grave error en un contexto de estrechez fiscal”.Estas cuentas de gasto comenzarán a regir el 1 de enero del 2026.Imagen de ChatGPTOtra de las voces críticas fue la del senador Alfredo Deluque, quien votó en contra del proyecto argumentando que el presupuesto “le da la espalda a las regiones” y no responde a las verdaderas necesidades del país. Así mismo, señaló que “después de tres años y dos meses de gobierno, siguen culpando al pasado para justificar su falta de resultados. Este es el Gobierno del cambio, pero nada cambió”.Desde el sector social, la senadora Norma Hurtado hizo énfasis en el impacto sobre la salud pública, alertando que los recursos destinados al sistema de seguridad social “no reflejan la magnitud del déficit” y desconoce las necesidades de un sistema que actualmente tiene afectados a millones de colombianos, que esperan tratamiento médico.Puede interesarle: ¿Qué viene para Acerías PazdelRío tras acuerdo de reorganización?Según Hurtado, la reducción de aportes a la mediana y alta complejidad médica puede poner en riesgo la atención de pacientes con enfermedades crónicas o de alto costo e ironizó que “poco se dijo del déficit del sistema. No sé si es que todos los enfermos se curaron y no nos avisaron”.Pese a las críticas, el Gobierno celebra la aprobación como una señal de estabilidad institucional y cumplimiento de la regla fiscal; mientras que desde el Ministerio de Hacienda se ratifican en que el plan de gasto está alineado con el Marco Fiscal de Mediano Plazo, y que permitirá “mantener los programas sociales, impulsar la infraestructura y garantizar el servicio de la deuda sin comprometer la sostenibilidad macroeconómica”.Estas cuentas de gasto comenzarán a regir el 1 de enero del 2026.Imagen de ChatGPTEl debate ahora se traslada a la ejecución presupuestal, donde el desafío será convertir las asignaciones aprobadas en resultados tangibles, ya que la discusión sobre las prioridades del gasto, la eficiencia en la inversión y la equidad territorial seguirá abierta y las alertas fiscales siguen puestas sobre la mesa.NOTICIA EN DESARROLLO…