El almirante que lidera las fuerzas militares estadounidenses en Latinoamérica renunciará a finales de este año, anunció el jueves el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en una decisión sorpresiva en medio de la creciente tensión con Venezuela. Alvin Holsey asumió el mando del Comando Sur del ejército estadounidense a finales del año pasado, un puesto que normalmente dura tres años. Una fuente familiarizada con el asunto declaró a Reuters que había existido tensión entre él y Hegseth, y que existían dudas sobre su despido en los días previos al anuncio. Hegseth, en su publicación en redes sociales, no reveló el motivo de la salida de Holsey, quien es uno de los dos únicos oficiales negros de cuatro estrellas que lideran un comando combatiente estadounidense. «Ha sido un honor servir a nuestra nación, al pueblo estadounidense, y apoyar y defender la Constitución durante más de 37 años», declaró. La salida de Holsey se produce en el contexto de un aumento militar en el Caribe que incluye destructores de misiles guiados por Estados Unidos, aviones de combate F-35 y alrededor de 6.500 soldados, mientras el presidente Donald Trump intensifica el enfrentamiento con el gobierno venezolano.