En la ciudad rusa de Ulán-Udé un hombre estuvo a punto de ser aplastado por un tranvía. Luego de bajarse en una parada, el sujeto, que según otros pasajeros estaba alcoholizado, caminó un par de pasos por la acera en la misma dirección que el vehículo, trastabilló y cayó debajo de su carrocería. El tranvía se detuvo en el instante y varias personas socorrieron al borracho, quien salió ileso. Intentó es escapar sin éxito y por su imprudencia fue trasladado a una comisaría de Policía.