El susto que tuvieron el pasado 3 de agosto de 2025 los pasajeros de un vuelo de Iberia entre Madrid y París que colisionó contra un ave de grandes dimensiones destrozando el morro del avión y obligando a la nave a regresar a tierra fue probablemente mayor para la tripulación. Particularmente para uno de sus integrantes que, según acaba de desvelar la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil en una recomendación de seguridad urgente, estuvo a punto de morir por un fallo en sus sistemas de respiración de emergencia, en forma de capucha y que utilizan otras aerolíneas. Seguir leyendo....