Jornada histórica la vivida el lunes en Oriente Medio, lo que pasa es que aún no sabemos para qué o para quién. Evidentemente no se selló la paz a 3.000 años de guerra entre judíos y palestinos, como dijo (gran lapsus) Donald Trump... aunque es lo que parecía por lo crecidísimo que estuvo durante todo el acto el presidente de los Estados Unidos. La recepción en Egipto de los líderes mundiales, todo programado al milímetro para su mayor gloria, o su intervención horas antes en el Parlamento israelí así lo atestiguan: casi en modo 'respuesta' a los académicos de Noruega que han decidido no darle el ansiado –por él y por su entorno– Nobel de la Paz. Entonces... ¿acuerdo de paz para Oriente Medio o simplemente acuerdo a mayor gloria de Donald Trump? El problema es que para hablar de acuerdo de paz propiamente hay que esperar a que eche a rodar. Por ahora cabría hablar más bien de alto el fuego entre los dos bandos, ambos desterrados, por cierto, de la gran 'fiesta' de Trump.Hay cosas positivas por las dos partes, como la retirada del ejército israelí detrás de la línea amarilla acordada o la entrega de los veinte rehenes israelíes vivos por parte de Hamás en tiempo y forma, pero la paz es tan precaria, la desconfianza y el odio entre las dos partes es tal, que todo puede saltar por los aires en cualquier momento. La misma madrugada del martes hubo un tiroteo, puede que con víctimas, por parte del ejército israelí tras detectar –esa es la información ofrecida– una incursión de palestinos tras la línea amarilla por motivos que se desconocen.En este compás de espera, a ver qué pasa, se movió este martes el presidente Pedro Sánchez en la entrevista que concedió a la SER, en la que dejó claro muchas cosas y muy deprisa: que continúa el boicot de armamento a Israel, que España está dispuesta al envío de tropas como parte de una misión internacional y que el acuerdo no detiene posibles responsabilidades penales por el genocido cometido sobre el pueblo palestino. No sabemos si es el argumentario del alguien imprevisible como Trump, pero podrían suscribirlo casi todos los líderes europeos, es decir, el acuerdo del paz firmado el lunes no es el final de nada y vamos a ver a qué nuevo escenario no lleva.