Sonríe Trump , sonríe Netanyahu y, sobre todo, sonríe Oriente Próximo. El acuerdo de paz sobre la guerra entre Israel y Hamás en la franja de Gaza y Cisjordania, alcanzado el pasado lunes, ha supuesto una ola de estabilidad tras dos años de cruento conflicto. Sin embargo, mientras la comunidad internacional celebra el pacto y mira hacia el futuro con esperanza, ahora el deporte, tras años de neutralidad y de ponerse de perfil, parece dispuesto a meter el bisturí en sus competiciones y llevar a la cancha una fricción que ya pertenece a los libros de historia. Sin ir más lejos, este mismo martes, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) rechazó los recursos de Israel y confirmó la no participación... Ver Más