Los engaños de la pareja de Ayuso, procesado por delito fiscal, en diez hechos probados

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La declaración de González Amador ante el juez Hurtado en el Supremo contradice sus otras confesiones a la Agencia Tributaria Vídeo - Miguel Ángel Rodríguez confesó su bulo en el Supremo: “No es información, pero tengo el pelo blanco” El comisionista Alberto González Amador, pareja actual de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, está procesado por dos delitos fiscales e imputado por otro delito de corrupción en los negocios. Se enfrenta a una petición de casi cuatro años de cárcel, pero antes de que se celebre su juicio ha logrado sentar en el banquillo por revelación de secretos al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, quien ordenó difundir una nota con los detalles del procedimiento judicial abierto al novio de Ayuso. Esa información desmontaba un bulo de considerables dimensiones difundido desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid en defensa del supuesto defraudador. González Amador se había ofrecido a través de su abogado a admitir dos delitos y a pagar una multa de casi medio millón de euros a cambio de rebajar su pena para no entrar en la cárcel. El correo electrónico que acreditaba estos hechos se citaba en la nota difundida por el fiscal general, y el Tribunal Supremo decidió investigar quién había filtrado antes a los medios ese documento confidencial. Desde que González Amador hiciera el negocio de su vida –ganó dos millones de euros en apenas cuatro meses de 2020 por su intermediación en una venta de mascarillas en plena pandemia– hasta hoy mismo, el novio de Ayuso ha desplegado un curioso manual de engaños que ha llegado incluso hasta el sillón de testigos en la sala del Supremo que investiga al fiscal general. 1- La relación con Ayuso Alberto González Amador inició una relación sentimental con Isabel Díaz Ayuso antes del 26 de mayo de 2021, día en el que la revista Lecturas informó con imágenes sobre esa circunstancia. Los delitos fiscales por los que González Amador ha sido procesado se cometieron cuando ya era pareja de Díaz Ayuso porque se refieren a sus declaraciones presentadas en 2021 y 2022, correspondientes a los años previos, 2020 y 2021. Numerosos dirigentes del PP declaran lo contrario en defensa de la presidenta madrileña. 2- Factura falsa González Amador engañó por primera vez a la Agencia Tributaria en julio de 2021 al incluir como gasto desgravable en su declaración del Impuesto de Sociedades de 2020 un pago de 620.000 euros a MKE, una empresa de alimentación mexicana. Ese pago no se produjo nunca, según admitió González Amador cuando la investigación fiscal destapó el engaño. Con esa factura falsa, la pareja de la presidenta madrileña se ahorró 155.000 euros de impuestos tras ganar dos millones de euros en una comisión por intermediar entre una empresa gallega (Mape) y otra catalana (FCS) en la venta de mascarillas en lo peor de la pandemia. 3- Gastos inexistentes El novio de Ayuso volvió a engañar a Hacienda en la declaración del Impuesto de Sociedades de julio de 2022 al deducirse unos gastos inexistentes de más de 900.000 euros en Costa de Marfil por el supuesto pago de comisiones si salía adelante una operación comercial. “Las vacunas nunca se vendieron y la comisión nunca se pagó”, admitió el representante de González Amador cuando Hacienda descubrió el fraude. 4- Facturas no relacionadas con su actividad La pareja de la presidenta madrileña se dedujo más gastos en su declaración del Impuesto de Sociedades de ese año mediante 14 facturas por 178.400 euros con seis empresas sevillanas. El comisionista González Amador admitió ante Hacienda que los gastos declarados en siete facturas por los supuestos servicios prestados por tres de esas empresas no eran deducibles al no estar relacionados con su actividad. 5- La estrategia del abogado El abogado fiscalista de González Amador admitió los engaños de su cliente a medida que la inspección los descubría e intentó devolver el dinero defraudado a través de la declaración del Impuesto de Sociedades de 2023, algo prohibido expresamente por la ley. De esta manera pretendía evitar al novio de Ayuso un posible juicio y la entrada en la cárcel, aunque sabía por la asesora fiscal que ese atajo era inviable. El abogado explicó a la inspección fiscal que habían pensado anular las facturas falsas y presentar una declaración complementaria. “Pero consultado el tema con la asesora de la sociedad [de González Amador]”, añadió, “esta nos indica que ya no se puede ni se debe hacer, toda vez que la sociedad Maxwell está ya inmersa en una inspección fiscal que ha sido finalmente ampliada a ese ejercicio y la realización de cualquiera variación o modificación respecto de lo inicialmente presentado, ni se debe hacer, ni tiene efecto alguno, e incluso se puede malinterpretar”. 6- Misma treta en 2023 Pese a que González Amador sabía por su asesora fiscal que no era posible una regularización extraordinaria por las facturas falsas usadas en 2021 y 2022 con las que se ahorró 350.000 euros en impuestos, intentó hacer algo parecido en la declaración del impuesto de sociedades presentada en julio de 2023. El comisionista incluyó unos ingresos que no tuvo en ese ejercicio por un monto similar al fraude cometido en los dos ejercicios anteriores. Pero Hacienda no aceptó el apaño y le devolvió unos meses después lo pagado de más.   7- La conclusión de la Agencia Tributaria En octubre de 2023, la Agencia Tributaria finalizó su trabajo proponiendo una liquidación vinculada a delito por dos ejercicios en los que el fraude detectado superaba los 120.000 euros en cada declaración. Los servicios jurídicos de Hacienda concluyeron que las explicaciones y justificaciones exculpatorias esgrimidas por el novio de Ayuso resultaban “inverosímiles e inaceptables” y que su conducta durante los casi dos años de investigación fiscal no era “fruto de un mero error sino consciente, deliberada y claramente dolosa que amerita su reproche penal”. González Amador contrató entonces al abogado Carlos Neira, especializado en casos de fraude fiscal, para que le resolviera su problema con la justicia. 8- Acuerdo de conformidad Para evitar la cárcel, el abogado del novio de Ayuso propuso un acuerdo de conformidad a la Fiscalía por el que su cliente admitía los dos delitos y pagaba una multa a cambio de ver reducido el castigo a solo ocho meses de prisión. El acuerdo no fue posible porque las acusaciones populares de PSOE y Más Madrid pidieron investigar otros delitos relacionados con los hechos, y aunque González Amador seguía apoyando la conformidad con la Fiscalía, la Abogacía del Estado planteó que antes de cerrar el pacto debía resolverse la petición de las acusaciones populares. 9- Los delitos atribuidos La jueza instructora ha procesado a González Amador por los dos delitos fiscales. También ha imputado a González Amador por el delito de corrupción en los negocios. Poco después de ganar los dos millones, se compró por 500.000 euros una empresa sin apenas valor y con un capital social de 3.000 euros. La nueva adquisición era propiedad de la esposa de un directivo de Quirón relacionado con el negocio de compraventa de mascarillas que permitió al novio de Ayuso ganar una comisión de dos millones de euros por su intermediación. Las acusaciones populares sostienen que ese pago corresponde en realidad al reparto del botín de las mascarillas entre González Amador y el directivo de Quirón. 10- Declaración como testigo El Supremo interrogó el pasado 25 de mayo a la pareja de Ayuso en la causa abierta contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. El comisionista acudió en calidad de testigo con la obligación de decir la verdad bajo amenaza de prisión. La causa abierta en el Supremo tiene su origen en la querella del novio de Ayuso contra la Fiscalía por divulgar el correo electrónico donde, a través de su abogado, González Amador admitía haber cometido dos delitos fiscales y proponía pagar una multa para rebajar su pena de prisión de al menos dos años a solo ocho meses. La publicación en diversos medios del contenido de ese correo electrónico permitió destapar la mentira gruesa que González Amador colocó, a través de Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de la presidenta, a algunos periodistas que lo difundieron sin mayor contraste en la noche del 13 de marzo de 2024. El jefe de gabinete de Ayuso difundió que había sido la Fiscalía quien había ofrecido a González Amador un acuerdo para evitar la cárcel y no al contrario. En su noche de intoxicación informativa, Rodríguez llegó a contar a los periodistas que ese falso ofrecimiento de la Fiscalía se había retirado “por órdenes de arriba”. Una nota distribuida horas después por orden del fiscal general del Estado daba cuenta de todo el procedimiento –incluyendo el reconocimiento del delito por González Amador a través de un correo electrónico enviado por su abogado– y respondía con los hechos a las mentiras de Isabel Díaz Ayuso y Miguel Ángel Rodríguez en defensa de un supuesto defraudador fiscal.   El novio de la presidenta madrileña tuvo que contestar el pasado 25 de mayo sobre todos estos hechos ante el juez instructor del Supremo Ángel Hurtado. Sus explicaciones, ahora conocidas a través de una grabación facilitada a las partes, tropezaron varias veces con los hechos probados y contradijeron a declaraciones anteriores de los representantes de González Amador ante la Agencia Tributaria. Una persecución política que nunca se produjo  González Amador: “En octubre, cuando yo me quedo en manos de ellos [se entiende que se refiere a su nuevo abogado en la causa judicial que se iba a abrir por las liquidaciones vinculadas a delito], como sigo con la paranoia, que luego no fue tal, claro, que yo creía que sabían quién era y me iban a perseguir por ser la pareja de [Ayuso]”. A González Amador le persiguieron los inspectores fiscales, pero no por ser la pareja de Ayuso, sino por presentar facturas falsas e intentar engañar durante dos años seguidos a Hacienda para pagar 350.000 euros menos de impuestos. Cuando se conoció su relación sentimental con la presidenta madrileña, el caso ya estaba fuera de la Agencia Tributaria y la Fiscalía siguió aceptando un acuerdo de conformidad muy beneficioso para González Amador: lograba reducir el riesgo de acabar en la cárcel por delitos castigados con entre dos años y 10 años de cárcel. Un “cabreo” por ignorar el significado de un acuerdo de conformidad González Amador: “Les dije [a los abogados] oye, yo quiero que esto pase lo más desapercibido posible, que ella nada tiene que ver conmigo y yo lo que no quiero, que soy una persona anónima, es que me saquen. Entonces ellos me dijeron los diferentes escenarios. Yo lo que les dije fue, tirar por el camino, que sigan las consignas mías de que sea lo más rápido y sin ruido. Al día siguiente cuando veo la frase de ”ciertamente se han cometido dos delitos“ como que yo reconocía que era culpable, y como que confesaba, claro, yo el cabreo que me cogí fue monumental, como que no entendía nada”. Cuenta González Amador que pidió pasar inadvertido porque no quería que le sacarán en los medios como el novio defraudador de la presidenta madrileña, y que su abogado le contó los diferentes escenarios. El único escenario para evitar un juicio con el riesgo de acabar condenado a varios años de cárcel –con lo que saldría en los medios de una manera especialmente negativa– era el acuerdo de conformidad a cambio de admitir unos delitos y pagar una multa, lo que permitía pasar rápido el trago sin peligro de acabar entre rejas. Carlos Neira, el abogado del novio de Ayuso, declaró al juez que está muy habituado a ese tipo de negociaciones y que le contó a González Amador en qué consistía el acuerdo de conformidad que iba a intentar, aunque no le envió el correo remitido a la Fiscalía. El novio de Ayuso no se dio por enterado de ese escenario, según relató al juez en el Supremo. “Sostuve en la Agencia Tributaria que no había cometido fraude”  González Amador: “Hablé con Neira [el abogado] y le dije, cómo es posible, cómo has dicho eso [”ciertamente se han cometido dos delitos“] cuando hasta en dos ocasiones yo sostuve en la Agencia Tributaria incluso después que no estaba de acuerdo, que no había cometido fraude”. Los hechos cuentan otra historia muy diferente. El expediente tributario de los dos supuestos delitos fiscales cometidos por González Amador acredita como el novio de Ayuso, a través de su abogado ante Hacienda, intentó engañar durante casi dos años a los inspectores que destaparon la existencia de facturas falsas por 1,7 millones de euros. Pero también demuestra ese expediente que cuando el novio de Ayuso se sintió cazado por la investigación tributaria, su abogado presentó escritos admitiendo el engaño. Tanto es así que anuló facturas y reconoció que los servicios por los que supuestamente había gastado dinero nunca se habían prestado. Tras admitir “errores de contabilización, pero sin dolo”, González Amador pagó de más en la declaración de 2023 en un fallido intento de evitar la judicialización de su presunto fraude. Mucho antes de que González Amador declarase en el Supremo contra el fiscal general del Estado... y contra algunos hechos probados, los juristas de la Agencia Tributaria sacaron sus propias conclusiones sobre ese contribuyente: “Su conducta no es fruto de un mero error sino consciente, deliberada y claramente dolosa”.