25 años en la fronteraAna Villagómez (Zaragoza, 27 enero 1961) llegó pronto a esta frontera, una de las más complejas del mundo. Ocupó su primer destino en Algeciras en 1992 y en 2001 era elegida fiscal especial antidroga en la provincia de Cádiz. En cuestión de meses cumplirá 25 años en el cargo. Toda una carrera reconocida en 2019 cuando su función se amplió a toda Andalucía, Ceuta y Melilla. A estas alturas de tantas películas es una autoridad, la mayor especialista nacional y una de las consultadas, escuchadas, de Europa. Su material de trabajo es un problema colectivo que tortura a la sociedad hace 50 años. En aquel tiempo, el devastador y eterno consumo de drogas (al margen del aceptado alcohol) saltó de los pequeños círculos a grandes sectores. La multimillonaria y apátrida industria criminal empezó a crecer sin parar hasta su terrorífico aspecto actual. La tensión se concentra, como la energía de las placas tectónicas, en zonas limítrofes entre continentes, países enormes, océanos y mares. Ejemplo: un estrecho de 13 kilómetros de agua salada que separa al mayor productor del mundo de hachís de un continente mucho más rico, lleno de usuarios potenciales. Por pasos como ese cruzan a diario todas las sustancias ilegales y todas las miserias que arrastran.Cualquiera en su lugar habría sucumbido al desánimo, a la justificación rutinaria. Al ralentí, al menos. Ana Villagómez, sin embargo, aún cree que la lucha desigual es posible y, más allá, merece la pena. Admite que trabaja con normas "del siglo XIX" para tratar de capturar y condenar a criminales que manejan GPS, cuentas encriptadas, motores bestiales y armas de guerra. Su petición constante de coordinación y agilización de procesos, de refuerzo de personal y material, suele recibir como respuesta el silencio administrativo. Como mucho, cada tanto, se produce alguna mejora estética, un avance a la velocidad de un cangrejo por la orilla frente a narcolanchas que vuelan a 200 por hora. Y no se rinde, no se cansa. Conserva el entusiasmo y la energía de los convencidos, de los que creen cumplir su deber.Pregunta. En unos meses cumplirá 25 años al frente de la fiscalía especial antidroga en Cádiz. Deben ser pocos los colegas y compañeros con una trayectoria tan larga en una posición tan compleja y exigente.Respuesta. En Cádiz creo que no ha pasado, que nadie ha estado tanto tiempo. En algunas otras zonas de España sí hay algún otro delegado de Fiscalía Especial que lleva ese tiempo, incluso más.P. ¿Es ajustada a la realidad esa sensación de soledad e impotencia que transmiten estamentos como la Fiscalía o la Guardia Civil cuando piden mejoras materiales, personales, agilización y actualización contra un fenómeno tan poderoso como el narcotráfico?R. En general son todas las fuerzas y cuerpos de seguridad. La Policía Nacional también tiene sus sindicatos y también reclaman todo esto. Desde la Fiscalía vemos esas carencias que ellos reclaman y las nuestras, por las que realmente luchamos. Más que soledad, es una sensación de que no llegas, que lo que haces no acaba bien, no llegamos a obtener los frutos que la ley permite. Porque la ley establece unas penas elevadas para el tráfico de drogas o para el blanqueo de capitales. Pero para llegar a esas penas hay que pasar por una cadena de acontecimientos procesales o judiciales en la que son todo trabas, trabas y trabas.La fiscal antidroga, en la Audiencia Provincial este jueves. JUAN CARLOS TOROP. Lo repite cada año, en la memoria anual de la Fiscalía, hace declaraciones casi cada mes pero parece que no se cansa ¿Cuáles son esas mejoras imprescindibles?R. Una de las reivindicaciones esenciales es que se haga una reforma legal de la ley procesal, que ahora es la ley de enjuiciamiento criminal. Es del siglo XIX y se ha ido reformando con algún parche pero su resultado no es satisfactorio. Hace falta una nueva reforma integral que abarque los tiempos en los que estamos porque los delincuentes avanzan y sobre todo los informáticos, ya está en marcha la inteligencia artificial, los traficantes utilizan plataformas encriptadas. Mientras, nosotros seguimos anclados en esa ley, son todo recursos de los abogados, que evidentemente tienen que ejercer el derecho a defensa, pero llegan al punto en que pueden recurrirlo todo. Los juzgados están colapsados y eso beneficia a los delincuentes. Manejamos textos del siglo XIX, son dos siglos de retraso, en esa época iban en diligencia. P. El próximo 9 de febrero se cumplirán dos años de la tragedia en el puerto de Barbate, con dos guardias civiles asesinados por narcolanchas ¿La sociedad gaditana, andaluza, española, aprendió algo de la tragedia? ¿Ha cambiado algo desde entonces?R. Eso fue también otro parche. Se puso un refuerzo en los juzgados de Barbate, un juez sustituto. En la Fiscalía sí que se han incrementado las plazas de fiscales por la carga de trabajo que hay como consecuencia del tráfico de drogas, algún funcionario de refuerzo también. Poco más. Pero el problema no es sólo de Barbate, es de toda la provincia. Diría que de toda España. Se ha hecho una reforma en este 2025 que ha modificado toda la planta judicial. Los juzgados ahora se han cambiado de nombre, se llaman tribunales de instancia. Era una reforma que se inició ya hace años y en principio era buena pero se ha implementado sin recursos, a mi juicio, sin desarrollarla más. Lo que ha pasado desde junio es que todos los jueces de instrucción se llaman ahora tribunales de instancia. Pero son los mismos jueces con los mismos funcionarios. No se han incrementado las plantillas. Antes, cada funcionario estaba en un juzgado. Ahora se ha hecho un bloque de funcionarios para cada partido judicial y eso es un lío tremendo. Cuándo hay un asunto no sabes a quién se le va a repartir, qué funcionario lo va a llevar. Y hay asuntos muy delicados que son secretos a los que accede una cantidad de gente que ni siquiera podemos conocer. Por ahora está todo en el aire y no creo que esta reforma resuelva ningún problema. Todo lo contrario, va a ser mucho peor para la organización y la agilización. Podría haber estado bien pero hacen falta medios, un proyecto bien desarrollado. Lo que han hecho es cambiar los nombres, nada más. El juzgado de instrucción número 1 es ahora tribunal de instancia número 1 pero a efectos prácticos no cambia nada, es lo mismo, así que no vemos muchos resultados."No creo que esta reforma resuelva ningún problema, todo lo contrario, va a ser mucho peor. Lo que han hecho es cambiar los nombres de los juzgados, nada más"P. Además de la falta crónica de reformas útiles que agilicen los procesos, también denuncia la disparidad de criterios judiciales a la hora de analizar y condenar fenómenos asociados al narcotráfico como el petaqueo, el transporte de combustible para las lanchasR. Nosotros, los fiscales, tenemos el principio de jerarquía y unidad de criterio. Se establece un criterio en la Junta de Fiscales o por el jefe de cada provincia y es el que tenemos que seguir todos. En cambio, los jueces no. Cada uno tiene su independencia y hace lo que le parece. Eso es lo que ha pasado aquí. La Fiscalía mantiene su criterio y en la Junta de Salamanca [celebrada en septiembre] se reafirmó ese criterio. Además se añadieron otros tipos delictivos como el delito contra el medioambiente por vertido de gasolina al mar, o por el daño a zonas protegidas con plásticos, droga tirada al mar. Tenemos ese criterio y lo mantenemos pero sin embargo en la Audiencia Provincial cada magistrado puede tener uno distinto. Hay jueces que consideran que sí que es delito y acuerdan prisiones preventivas, otros no. En una misma audiencia hay distintos criterios."Ahora tenemos dos divisiones en la Audiencia Provincial. Depende a qué sección le toque el asunto, dice que el petaqueo es delito o que no y puede poner en libertad, o no, a las personas en prisión"P. ¿Qué solución puede tener esa situación?R. Se hizo una junta de magistrados, una juntilla que se llama, que no es jurisdiccional, no es obligatorio después cumplir los acuerdos. Pero si vas a esa junta es para someterte después a lo que decida la mayoría y no ha sido así. Se acordó que el criterio era considerar como delito la tenencia de sustancias inflamables, sólo por un voto de diferencia sobre los jueces que entendían que no lo era. Pero al final, los que consideran que no es delito siguen manteniendo esa posición en los juicios y ahora tenemos dos divisiones en la Audiencia Provincial. Depende a qué sección le toque el asunto, dice que es delito o que no y puede poner en libertad, o no, a las personas que están en prisión. Ahora tenemos que recurrir al Tribunal Superior de Justicia uno de estos casos. Va a ser un debate largo y supone una gran inseguridad jurídica. P. ¿Es comprensible para la ciudadanía que aún no se contemple el petaqueo como un delito de forma unánime, al menos mayoritaria por los jueces?R. Llevamos años pidiendo en las memorias, por ejemplo de la Fiscalía Antidroga en Madrid, con la fiscal Rosana Morán, que se tipifique con un artículo, que sea un delito concreto esta tenencia de combustible. Se han hecho estudios, proyectos, en lo legislativo. Hace falta una mayoría parlamentaria y por ahora no parece posible. A corto plazo no se intuye la solución. Tampoco el Ministerio de Interior considera que sea una cosa muy grave.La letrada, afincada en Cádiz hace tres décadas, en su puesto de trabajo. JUAN CARLOS TOROP. En la última memoria anual hablaba usted del petaqueo como fenómeno disparado y del incremento de la violencia entre los narcos, incluso con el uso de armas de guerra, ametralladoras pesadas o explosivos ¿El narcotráfico no hace más que agravarse, empeorar?R. Si no se agrava, que creo que sí, como mínimo se mantiene. Quizás aumenta porque ahora en esta zona está entrando también mucha cocaína. El consumo de cocaína ha aumentado. España es uno de los países que más consume y también uno de los países por los que más cocaína transita. Ahora también se está introduciendo por narcolanchas cuando hace un tiempo era menos frecuente. Hay una sobreproducción de cocaína en origen, ha bajado muchísimo el precio, la demanda sigue alta, así que todo se suma y hay un mayor peligro para la salud pública. Esa presencia de la cocaína genera que confluya gente con armas pesadas, de guerra, más ajustes de cuentas entre los traficantes. Se han incrementado este año. También tienen una reacción cada vez más violenta contra las fuerzas y cuerpos de seguridad, con el peligro que suponen esas armas, la posibilidad de tiroteos y cualquier accidente con la gasolina. La realidad es que la situación es muy grave. Hay países europeos que están en una situación muy complicada por el incremento de la violencia y de la corrupción, porque el narcotráfico toca y llama a todas las puertas, a organizaciones sociales, políticas, a los cuerpos de seguridad para que faciliten la entrada de las drogas. Llega a todas partes.P. ¿El exilio de una joven integrante de la casa real holandesa amenazada por los narcotraficantes es un ejemplo de ese agravamiento que detalla en su memoria?R. Se tuvo que refugiar en España. En Suecia, algunos grupos de narcotraficantes han comenzado a poner bombas. En Países Bajos o en países escandinavos esos grupos utilizan a menores como sicarios para matar a gente. Esos menores llegan desde España con el cometido concreto de matar a alguien. Los que les contratan saben que al ser menores la pena va a ser inferior si les detienen. Cuando hablamos de agravamiento, de alarma, es porque nosotros lo estamos viendo desde primera línea. No es que nos lo cuenten, es que se ve."La cocaína genera la presencia de gente con armas pesadas, la posibilidad de tiroteos, cualquier accidente con la gasolina. La situación es muy grave, algunos países europeos están en una situación muy complicada"P. ¿Todavía hay quien niega la evidencia, la existencia de un narcotráfico creciente y agresivo?R. Todavía hay algunos que dicen que no son tantas narcolanchas. Aunque constantemente se está cogiendo gasolina para abastecerlas. Serán para tractores ¿Quién no las ve las narcolanchas? Por lo visto el Ministerio del Interior cree que no hay muchas pero yo las he visto desde la playa, es constante. Se intervienen, todas las semanas, miles de litros de gasolina que van para esas narcolanchas. Eso supone que toda esta costa, desde Portugal hasta Almería, al menos, está llena de narcolanchas, están constantemente por aquí, traficando con hachís y cocaína. Cualquiera que esté cerca de las fuerzas y cuerpos de seguridad dice que el narcotráfico no hay quien lo pare. Hay que intentar poner todos los medios posibles. Y no solo no se ponen, es que parece que incluso menguan. Por lo menos, jamás están a la altura del ritmo de crecimiento de la delincuencia. Para las investigaciones son todo trabas, es muy difícil llegar a los jefes porque utilizan todos los medios posibles para que no se les pueda detener. Eso supone que hay que utilizar unas técnicas especiales de investigación, cuerpos especiales para esto. P. Y seguir el rastro del dinero, lo único real que hemos aprendido de películas y novelas sobre el narcoR. Sobre todo hay que intentar llegar al origen del dinero y eso también requiere funcionarios especializado y en un número elevado. Aquí tenemos grupos con poca gente, no pueden hacer investigaciones tan complejas. Hay que encontrar y estudiar todas las sociedades que crean, cómo se transfieren fondos de unas a otras, dónde está el dinero. La mayoría de las veces, cuando llegamos, el dinero ha desaparecido.Todo tiene que ser un poco más ágil, no tardar años en conseguir que los condenen.Villagómez reclama hace años más medios y más agilidad contra el narco. JUAN CARLOS TOROP. Decía usted antes que España es uno de los países del mundo más consumidores de cocaína, Europa consume casi todo el hachís que produce Marruecos ¿Cuándo se afrontará la necesidad de combatir la demanda? ¿Cuándo se les dirá a los consumidores finales los problemas sociales, no solo de la salud particular, que crean con su compra?R. Es fundamental la prevención. La función fundamental del Plan Nacional sobre Drogas, que depende del Ministerio de Sanidad, es la prevención no sólo de las adicciones de la droga, son muchas. También hay una campaña contra el juego, contra el alcohol. Ahora hay una nueva directora que viene del mundo de la prevención. En la Fiscalía, decimos siempre que nuestro papel es actuar cuando ya ha fallado todo lo anterior. Hay que insistir en las campañas de prevención sobre todo a los jóvenes, especialmente con el hachís que se está banalizando. El consumo de marihuana, también. Provocan un grave daño a la salud. No es que lo digamos desde la Fiscalía Antidroga, es que lo dicen muchos psiquiatras. Hay muchos estudios de Psiquiatría que demuestran que el consumo prolongado de hachís y marihuana provoca o agrava trastornos psíquicos. Incluso puede estar relacionado con el 10% de los casos de esquizofrenia en España y de otras patologías. Como mínimo, está demostrado que se agravan con ese consumo y con el de alcohol. Parece que fumar un porro no hace daño y al final, a la larga, afecta. Cuando yo empecé, en el 92, el hachís procedía de producciones naturales. Tenía un porcentaje de THC, el principio activo, que iba del 15 al 20%. Ahora vemos que los alijos llevan hasta el 50% de principio activo porque son cultivos transgénicos. Con la marihuana, lo mismo. Antes tenía un porcentaje de principio activo inferior al 4%y ahora va por el 25, más de seis veces. Por lo tanto, ahora fumarte un porro es mucho más perjudicial que hace 30 años. Esa alteración genética de la planta no existía.P. Cada vez más países del mundo despenalizan el consumo de hachís o marihuana ¿Hay datos o testimonios que detallen si es un paso que funciona en la lucha contra el narcotráfico o contra los efectos del consumo en la salud?R. Por ahora, los resultados que se ven no son positivos. Holanda tiene una inseguridad absoluta. Además, para legalizar en un país habría que regular el consumo y la compra de esa misma sustencia en más porque, de todas formas, esa droga tendría que transitar, circular, por países en los que no está legalizada. Otro problema es que se regula el consumo de marihuana o hachís de bajo porcentaje de THC, el principio activo, con lo cual sobrevive un mercado negro que ofrece esa misma sustancia pero con mayor capacidad psicoactiva. Al final, así tampoco se soluciona el problema.