Javier Lozano, el toledano que cambió el destino del fútbol sala español

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La selección española de fútbol sala viajó a Brasil a principios de los 90 para jugar una serie de amistosos y aquello fue un desmadre. Ángel María Villar, presidente de la federación, dolido por la imagen, descolgó el teléfono al bajarse del avión y encargó una misión a Javier Lozano , imberbe de 31 años: «Coge al equipo y encárgate de que esto cambie». Y como por arte de magia, la selección pasó de ser un grupo de amigotes a convertirse en una máquina de ganar. En los 15 años que Lozano estuvo al frente del combinado nacional se consiguieron dos Mundiales y tres Europeos . Ni antes ni después se ha visto algo parecido. Además, es uno de los tres seleccionadores españoles con cinco grandes títulos. Los otros dos son Miki Oca -unos Juegos Olímpicos, un Mundial y tres Europeos con el waterpolo femenino- y Sergio Scariolo -un Mundial y cuatro Europeos con el baloncesto-. «Javier Lozano es la persona más importante del fútbol sala español, y con diferencia; si no hubiera entrenado a la selección, el fútbol sala habría sido un deporte residual», asegura Teo Díaz, periodista en la reserva que acaba de publicar la obra 'Lozano, un fenómeno mundial', autoeditada, con la trayectoria de este toledano del barrio de Palomarejos. «No soy quien para juzgarme. Lo que está claro, viendo el libro, es que he construido muchas cosas por pasión», admite el protagonista a ABC. «Hay datos que ni siquiera recordaba», añade. Por ejemplo, su porcentaje de victorias supera el 86 por ciento -174 en 202 partidos-. Una barbaridad. Lo curioso es que Javier Lozano empezó en el fútbol. Se fajó de mediocentro defensivo y también como central vistiendo la camiseta del Santa Bárbara, el Fuensalida e incluso del CD Toledo , que entonces navegaba sin rumbo por Preferente, acosado por problemas económicos. Pese a ello, triunfaron en la Copa Castilla de aficionados y disputaron la fase nacional, donde se destapó como delantero goleador. Sin embargo, al no ver futuro, plegó velas hacia el fútbol sala. Cabe explicar que entonces, finales de los 80 y primeros de los 90, Toledo era la capital de este deporte, con una afición abnegada y equipos que no tenían nada que envidiar a los mejores, comandados por jugadores sudamericanos extraordinarios. ¡Cómo olvidar a los paraguayos Miguel Ángel Martínez y Mario Ruiz Díaz y, sobre todo, a los brasileños Marcos y Chico-Lins ! Lozano conquistó con el Cajatoledo la Copa de España en el llamado 'milagro de Zaragoza', pero «siente que su vocación es entrenar y deja de jugar» en 1991. Aunque su idea era foguearse con juveniles, se estrenó dirigiendo a sus excompañeros por la espantada del brasileño Ney Pereira. A mitad de esa temporada, la 1991-1992, Villar lo reclutó para cotas mayores y el resto es historia. «Dotó a la selección de una forma de juego desconocida. Una especie de tiki-taka, moviendo el balón con rapidez en busca del hueco», ilustra Teo Díaz. «España no había ganado nada porque le faltaba método. Los logros se consiguen por planificación, por tener claro un propósito. Nuestro sueño era conseguir que el fútbol sala fuera reconocido», afirma Lozano. Entre 1996 y 2007, la selección fue un conjunto prácticamente imbatible. Por supuesto, ayudó mucho el desempeño en la pista de una generación buenísima que encima se lo creyó: los Luis Amado, Kike Boned, los hermanos Joan y Andreu Linares, Javi Sánchez, Javi Rodríguez o los mágicos Daniel Ibañes y Paulo Roberto , brasileños nacionalizados. Desde su marcha voluntaria, al entender que el proyecto estaba «agotado», España no ha vuelto a levantar trofeo alguno. Y ya son 18 años. Ha habido tentaciones para su regreso, pero «nunca he creído en las segundas partes». Así que estuvo dos años -entre 2007 y 2009- en el Real Madrid como «puente» entre la directiva y los jugadores y director de la cantera; y lleva 16 siendo presidente de la Liga Nacional de Fútbol Sala, que vive momentos difíciles porque « Rubiales nos quitó la competición y aunque ahora hay otros dirigentes, con un talante más conciliador, la federación no deja de ser un ente político y no nos la devuelve». Mientras, el seleccionador es de nuevo toledano y Lozano ve el futuro «esperanzador; creo que Jesús Velasco era la mejor opción y el único entrenador que tiene posibilidades de alcanzar el éxito». Palabra de campeón. * El libro se puede comprar a través del correo electrónico teodosiodiazcollado@gmail.com o escribiendo al wasap 666 72 31 29.