Cuando Carlos Alcaraz anunció su baja en Shanghái y Jannik Sinner se retiró en la tercera ronda por unos calambres, era obvio que la ruta hacia el título quedaba más abierta que nunca. Sin el 'Big 2', se esperaba el retorno de algún clásico a la gloria, empezando por Novak Djokovic, que se dejó todas sus energías en busca de un nuevo hito a los 38 años. Lo que nadie imaginaba era que el vencedor final sería Valentin Vecherot, precisamente el verdugo del serbio en semifinales. El monegasco, de 26 años, se impuso este domingo a su primo Arthur Rinderknech en la final más insólita y sorprendente de la historia de los Masters 1000. Seguir leyendo....