Luna Giardina, de 26 años, y su madre Mariel Zamudio, de 54, fueron asesinadas el sábado en el barrio Villa Serrana en la provincia de Córdoba. El presunto asesino es Pablo Laurta, un hombre de nacionalidad uruguaya, quien tras cometer el crimen huyó con su hijo, Pedro, de 5 años. Finalmente, fue arrestado en un hotel de Gualeguaychú cuando se preparaba para cruzar a su país.El sospechoso contrató a Martín Sebastián Palacios -chofer de la empresa Uber-, quien viajó desde Buenos Aires para buscarlo por Entre Ríos y llevarlo a Córdoba. Por el momento, se desconoce su paradero aunque encontraron un cuerpo en Puerto Yeruá, municipio entrerriano, y la Fiscalía presume que podría tratarse del remisero.Antes de hallar el cadáver, los investigadores localizaron la billetera de Palacios en la habitación del hotel donde se hospedaba Laurta.La investigación de la causa está a cargo fiscal Gerardo Reyes. Laurta, acusado por doble femicidio y el secuestro de su hijo, quedará detenido en la cárcel provincial de Bouwer, donde será sometido a pericias psiquiátricas.Las pistas que llevaron a dar con el asesinoEn diálogo con LN+, Néstor Roncaglia, ministro de Seguridad de Entre Ríos, develó el detrás de escena de la detención de Laurta.“Fue un trabajo conjunto que tuvo tres instancias”, aseguró Roncaglia sobre el operativo desplegado. “La primera cuando se toma un Uber en Concordia. Lo contrata el viernes 7 a las 20 hs. Evidentemente, ya tenía una programación criminal porque estuvo alojado en Concordia con un DNI falso y a los tres días contrata otro Uber que fue desde Buenos Aires a encontrarse con él para que lo lleve a Córdoba por $1.500.000″, reconstruyó.En la misma línea, detalló: “Dos días más tarde, nos avisa la Policía de Córdoba y la hermana de Matías Palacios [chofer del Uber], que el auto había aparecido en Córdoba prendido fuego. Entonces, hay una denuncia por la búsqueda de Palacios. A partir de ahí se inicia una causa por la búsqueda en Concordia”.“Fuimos para atrás y ahí se determina que el ahora detenido se sube a un Toyota Corolla y se desplaza luego de circular por varias ciudades de Entre Ríos. Sale por Victoria, luego pasa por Santa Fe y finalmente Córdoba, donde el vehículo termina prendido fuego”, completó Roncaglia.Las sospechas sobre el paradero del remiseroRoncaglia también compartió su hipótesis sobre el paradero de Palacios. “Tenemos sospechas de que está en otra provincia. Estamos haciendo rastrillaje por donde circuló. Las cámaras que lo detectan son de pueblos. Es toda zona de campo. Si hubo un hecho criminal, a lo mejor el cuerpo está arrojado en un lugar, no creemos que esté deambulando sin rumbo fijo durante cuatro días”, subrayó.Y apuntó contra el principal acusado del doble femicidio: “Creemos que fue Laurta porque ya lo había llevado a otro viaje. Creemos que, por dichos de la hermana, cuando se encuentra con Palacios, se encuentra con un abrazo, como si se conocieran”, cerró.Vecinos denuncian que el presunto asesino “tuvo varios intentos de llevarse al nene”En diálogo con LN+, dos testigos, identificados como Juan y Laura, indicaron que “Luna tenía miedo, siempre estaba a la defensiva” y que el presunto asesino “tuvo varios intentos de llevarse al nene”.Laura afirmó que Luna y Mariel vivieron “toda la vida” en esa casa. Sin embargo, hace dos años, la expareja y presunto asesino obligó a la joven a irse a vivir a Uruguay. “Ella se escapó de allá”, contó la mujer, al tiempo que aseguró que “él tuvo varios intentos de llevarse al nene”.“Él me escribía y yo le decía: ‘Así como conseguiste mi número, por lo menos preguntame si el nene tiene lo esencial’. Me hablaba del caso Ghisoni. Siempre me hablaba mal de ellas, yo le decía a Mariel: ‘Él las quiere vigilar, él sabe todos los movimientos que hacen’, hasta fotos les había mandado a sacar, el caradura este, asesino", añadió.El presunto asesino acosaba a su exparejaResguardando su rostro por seguridad, el testigo Juan indicó que conocía a Laurta porque en octubre del año pasado, en medio de una disputa por la casa, el presunto asesino “estuvo durmiendo dos o tres noches en el techo de la casa, abajo del tanque y desde ahí las acosaba”.Consultado por el episodio que ocurrió en octubre de 2024, el vecino recordó: “Escuché gritos, salí y le digo a Mariel: ‘Es su yerno’. Y me dice: ‘Nono, por favor, ayuda’. Ahí salto [la medianera de la casa] y me encuentro de frente con Pablo, lo puteo y sale corriendo. Se subió a una Toyota Hilux blanca, dio vuelta la manzana, tratamos de increparlo, y se dio a la fuga, donde tuvo un accidente”.“Luna tenía miedo, siempre estaba a la defensiva y, desde que pasó lo del techo, vivía con miedo”, dijo el hombre. Además, reveló que la mamá del menor lo llevaba al patio de la casa durante cinco o diez minutos para que jugara y no lo dejaba solo. En la misma línea, sumó: “Iba a la guardería y no lo dejaba, se quedaba con él. Vivía para Pedrito, no hacía otra cosa”.La disputa entre el presunto asesino y las víctimas por la vivienda de CórdobaEn cuanto a la vivienda, Laura explicó que Laurta le hizo firmar la escritura a Mariel en 2019 de la casa en Córdoba, donde las asesinó, porque se la quería comprar.“Mariel, tan ingenua, le firmó la escritura pero él nunca le pagó la casa. Entonces, creía que era el dueño de la casa por tener ese papel. El año pasado, agarró y se instaló arriba del techo, estuvo cuatro días arriba del techo, vivía, defecaba, todo arriba del techo”, dijo, respaldando la versión de Juan, el otro vecino de las víctimas.