Hace poco más de un año, Nico organizó en la azotea de su piso de aquel entonces una pequeña fiesta con amigos y algunos músicos de la escena sevillana. Él y Ángel querían mostrarles las canciones del que ya es su primer disco y, de paso, recibir las primeras impresiones. Estaban muy seguros y muy motivados con el resultado, habían trabajado mucho en ellas desde hacía varios años. Pero les faltaba un detalle: no tenían nombre para el grupo. Así que Nico abrió un documento en su portátil, lo dejó por allí y le pidió a los asistentes que durante el transcurso de la noche fueran escribiendo sus ideas. —Había unos cuantos nombres: Los Ballenatos, los Alcaldes, los Reyes Malos,... Ver Más