Doblete dorado español en Cagliari

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El 49er habla español tanto en hombre como en mujeres. En aguas de Cagliari (Italia), los equipos formados por Diego Botín y Florian Trittel en 49er, y Paula Barceló y María Cantero en FX, firmaron un doblete histórico que sitúa de nuevo a la vela española en lo más alto del panorama internacional. Dos oros mundiales el mismo día. Dos tripulaciones distintas, una misma bandera. Lo de Botín y Trittel era una cuestión de tiempo, de cerrar el círculo perfecto. Lo de Barceló y Cantero, en cambio, fue una explosión de talento, un golpe de autoridad inesperado. Y los dos títulos llegaron bajo el nuevo formato de finales que la World Sailing ha estrenado en este Mundial y que, de cara a los Juegos de Los Ángeles 2028, cambia las reglas del juego: se acabó la Medal Race tradicional. Ahora, el campeón se lo juega todo a una sola regata a cuatro. Sin segundas oportunidades. Sin red. Como en la Copa América, aquí no hay segundo. Las primeras en lanzarse al agua fueron las chicas del 49er FX. Y lo hicieron con un descaro impropio de una tripulación que apenas lleva unos meses navegando junta. Paula Barceló y María Cantero no solo se han estrenado en un Mundial, sino que lo han ganado. Así, sin más. La mallorquina y la canaria se presentaban en Cagliari con mucho que ganar y nada que perder. Barceló ya sabía lo que era colgarse una medalla mundial —lo hizo junto a Támara Echegoyen—, pero lo suyo con Cantero ha sido llegar y besar el santo. Se juntaron en junio y en octubre ya son campeonas del mundo. Llegaban a la final con el bronce asegurado. Pero no se conformaron. En la salida de la manga decisiva apostaron fuerte: salir a babor, sin derecho de paso, jugándosela a todo o nada. Un error, y adiós al sueño. Pero no lo hubo. Pasaron por delante de todas, ganaron el lado bueno del campo y a partir de ahí a navegar para ganar. Las suecas, canadienses y británicas se enredaron entre ellas; las españolas navegaron libres, con decisión, sin mirar atrás. Victoria total. Oro mundial. En su primera gran regata juntas. «Soñábamos con hacer un buen papel, pero no imaginábamos esto», reconocía Paula Barceló al cruzar la línea. Su compañera María Cantero lo resumía con la naturalidad de quien aún no se lo cree: «La clave ha sido el equipo. No solo nosotras, sino todos los que nos rodean. Hemos trabajado muchísimo y esto es para todos ellos». Durante los primeros días navegaron con calma. Sin aspavientos, sin enseñar cartas. Esperaron su momento. Y cuando llegó la hora de la verdad, apretaron el acelerador. Entraron en la final como líderes y con el bronce asegurado, pero sabían que aquí la historia se escribe solo con el oro. Ya tienen el triplete: Oro olímpico, oro europeo y en Cagliari, oro mundial. En la última regata, frente a tripulaciones Países Bajos, Dinamarca y Gran Bretaña, salieron decididos a dominar. Los holandeses Lambriex y Van de Werken, tricampeones del mundo, eran el gran rival. Pero un error de manual —una virada precipitada delante de los daneses— les costó una penalización y la carrera. Botín y Trittel, mientras tanto, siguieron haciendo lo suyo: navegar limpios, rápidos y sin errores. «Esta victoria sabe increíblemente bien», decía Florian Trittel tras abrazarse con su compañero y sus entrenadores, Álvaro del Arco y el neozelandés Hamish Willcox. «Teníamos el oro olímpico y el europeo, pero este se nos resistía. Llevábamos tiempo detrás de él». Diego Botín, por su parte, analizaba el nuevo formato con frialdad: «Si seguimos con este sistema, normalmente ganarán los que se lo merecen. Hoy hemos sabido mantener la calma y ejecutar bien. Es una victoria muy especial». Botín y Trittel han puesto el broche de oro a su ciclo triunfal. Barceló y Cantero han abierto uno nuevo con un golpe sobre la mesa. En Cagliari, España volvió a demostrar que es un país a tener en cuenta en la vela, como lo ha sido siempre. Y que cuando el viento sopla a favor, no hay quien frene a un equipo que ya mira a Los Ángeles 2028 desde lo más alto del mundo.