La inteligencia artificial y el sudor: una nueva ventana para prevenir enfermedades

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El sudor, ese fluido corporal que muchas veces se asocia con esfuerzo físico o temperaturas elevadas, está empezando a cobrar un nuevo protagonismo gracias a los avances tecnológicos. Científicos de la University of Technology Sydney (UTS) han demostrado que la combinación de sensores inteligentes y algoritmos de inteligencia artificial puede transformar este fluido en una herramienta clave para la detección temprana de enfermedades y el monitoreo continuo del estado de salud.Aunque tradicionalmente se han utilizado muestras de sangre u orina para obtener información biomédica, el sudor ofrece una alternativa mucho menos invasiva. Basta con una pequeña cantidad para obtener datos relevantes, y además su recolección no requiere agujas ni procedimientos complejos. En contextos como el deporte o el seguimiento de enfermedades crónicas, esto representa una ventaja significativa.Sensores inteligentes que se adhieren a la pielLas nuevas generaciones de dispositivos wearables han evolucionado más allá de los relojes inteligentes o las pulseras de actividad. Hoy existen parches ultrafinos, flexibles y ligeros, capaces de adherirse a la piel como si fueran una segunda capa y capturar continuamente la composición del sudor. Estos sensores, construidos con tecnología microfluídica y electrónica flexible, recolectan datos que pueden ser transmitidos en tiempo real a aplicaciones móviles o plataformas médicas.El ejemplo del parche de Gatorade, que analiza la tasa de sudoración y la pérdida de sodio durante el ejercicio, es apenas una muestra temprana de lo que está por venir. En investigación están versiones mucho más sofisticadas que podrán identificar hormonas como el cortisol (relacionado con el estrés) o metabolitos como la glucosa, lo cual abrirá la puerta a un monitoreo personalizado sin necesidad de pinchazos ni extracciones.Inteligencia artificial para interpretar señales químicasUno de los grandes desafíos de utilizar el sudor como biofluido diagnóstico ha sido su complejidad química. No se trata solo de medir un compuesto aislado, sino de interpretar un cóctel de sustancias cuya concentración puede variar según muchos factores. Aquí es donde la inteligencia artificial (IA) entra en juego.Los algoritmos desarrollados por el equipo de UTS pueden analizar grandes volúmenes de datos bioquímicos y detectar patrones que a simple vista pasarían desapercibidos. Gracias a estos modelos de aprendizaje automático, es posible correlacionar determinadas combinaciones moleculares con estados físicos o patológicos específicos, como la aparición temprana de enfermedades neurodegenerativas, desbalances hormonales o el inicio de procesos inflamatorios.De la misma manera que una aplicación puede decirnos cuántos pasos dimos o cuántas calorías quemamos, estos parches inteligentes podrían en un futuro cercano advertirnos si nuestro nivel de cortisol está por las nubes o si nuestros electrolitos necesitan reponerse urgentemente.Aplicaciones médicas y deportivasLa utilidad de este tipo de tecnología es amplia. En el ámbito deportivo, por ejemplo, permite a los atletas conocer en tiempo real su pérdida de minerales, lo que facilita una rehidratación más eficaz y personalizada. También podría servir como herramienta de control antidopaje no invasivo, al detectar residuos de sustancias prohibidas en el sudor.En salud pública y medicina personalizada, las posibilidades se multiplican. Personas con diabetes podrían beneficiarse de un control continuo de glucosa sin necesidad de pinchazos. Aquellos con enfermedades como el Párkinson o el Alzheimer podrían recibir alertas tempranas antes de la aparición de síntomas visibles. Incluso se podría monitorizar la eficacia de determinados medicamentos midiendo su presencia o sus efectos indirectos en el sudor.El futuro de la salud preventivaEl concepto de salud está virando hacia un enfoque preventivo, donde detectar a tiempo es más valioso que tratar tarde. En este contexto, el sudor se perfila como una fuente de información inexplorada que, con la ayuda de sensores avanzados e inteligencia artificial, puede ayudarnos a tomar decisiones cotidianas con un respaldo científico.Aunque gran parte de esta tecnología aún está en fase experimental, el interés comercial está creciendo. Investigadores como la Dra. Dayanne Bordin y la Dra. Janice McCauley están sentando las bases para entender los aspectos fisiológicos básicos del sudor y cómo este puede servir como espejo del funcionamiento interno del cuerpo.El camino por recorrer incluye mejorar la sensibilidad de los dispositivos, garantizar la privacidad y seguridad de los datos, y validar los algoritmos con estudios clínicos a gran escala. Sin embargo, los avances recientes apuntan a que el sudor podría convertirse en el nuevo lenguaje secreto entre nuestro cuerpo y la tecnología, revelando sus secretos de forma silenciosa pero constante.La noticia La inteligencia artificial y el sudor: una nueva ventana para prevenir enfermedades fue publicada originalmente en Wwwhatsnew.com por Natalia Polo.