La afición del Barça tenía ganas de volver a vivir un partido de Champions League en el Camp Nou. El himno cantado ‘a capela’ en los prolegómenos lo confirmó. La petición de la Grada de Animación en el minuto 12 fue el momento reivindicativo. Pero lo que más motivó a los seguidores culés fue ayudar a los jugadores de Hansi Flick a remontar un partido espeso que se había puesto cuesta arriba y, de paso, silenciar a lo s 2.300 aficionados del Eintracht. Eran muchos menos que los de la invasión en la Europa League 2021-22 (30.000), pero tuvieron el mismo comportamiento lamentable y barriobajero.Seguir leyendo...