Ronald Araujo, hombre de fuertes convicciones religiosas, se perdió este martes un partido bastante mundanal de sus colegas de vestuario, aunque hubo redención. El central uruguayo, con el asentimiento del club, emprendió un viaje de carácter espiritual para reencontrarse consigo mismo y apaciguar la zozobra interior desde la debacle de Stamford Bridge. Suspira en lograrlo en la Tierra Santa, en los lugares sagrados del cristianismo de Jerusalén, durante varios días de desconexión. Cuidar la salud mental es lo primero y todo el mundo en el Barcelona se ha hecho cargo de la necesidad del jugador, sumido en una crisis de ansiedad de la que se está tratando.Seguir leyendo....