Un silencio atronador se apoderó del Ayuntamiento de Oslo a la una en punto de la tarde. Los asistentes se levantaron de sus asientos. Los miembros del Comité Noruego del Nobel tomaron su lugar en el podio. Y las trompetas comenzaron a entonar en tono solemne y triunfal para anunciar que el momento finalmente había llegado. En medio de una enorme expectación, María Corina Machado, el principal símbolo de la oposición venezolana y la figura más incómoda para el Gobierno de Nicolás Maduro, fue reconocida este miércoles con el premio Nobel de la Paz “por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo de Venezuela y por su lucha para lograr una transición pacífica y justa de la dictadura a la democracia”. Machado, la principal protagonista de la gala, fue también la gran ausente. La dirigente de 58 años logró salir de Venezuela después de estar confinada durante 16 meses en la clandestinidad, pero no logró estar a tiempo en Noruega para recibir en persona el premio más importante de su trayectoria política.Seguir leyendo