Lo que debía ser una planta solar terminó siendo un experimento ecológico accidental. China cubrió un desierto con paneles y, sin querer, creó las condiciones para que surgiera vida

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En el desierto de Kubuqi, una megacentral fotovoltaica construida para producir energía limpia desencadenó un fenómeno inesperado: bajo los paneles, la sombra redujo el calor extremo, retuvo humedad y transformó la arena estéril en un suelo capaz de sostener plantas, microorganismos y raíces profundas. Un accidente ecológico que ahora otros países buscan replicar.