"Un cyborg inútil": se implanta un chip para hacer magia y trucos con Bitcoin, pero olvida la contraseña y lo deja inservible

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Zi Teng Wang quería ser un mago del siglo XXI y ha terminado convertido en una advertencia andante sobre la seguridad informática. Este ilusionista estadounidense decidió implantarse un chip RFID en la mano derecha para realizar trucos digitales, pero ha cometido el error más básico del manual: olvidar la contraseña de administrador. Ahora mismo lleva un trozo de electrónica inerte bajo la piel que no puede reprogramar, borrar ni actualizar.El caso ha saltado a la fama gracias a TechSpot, que recoge la confesión del propio afectado. Wang usaba el implante para lanzar direcciones web o carteras de Bitcoin acercando la mano al móvil de los espectadores. El problema surgió cuando intentó cambiar la configuración para que apuntara a un nuevo enlace y se dio cuenta de que la clave de acceso había desaparecido de su memoria, dejándolo bloqueado fuera de su propio cuerpo.Un ladrillo tecnológico dentro de la manoLa situación es absurda porque no existe un botón de "he olvidado mi contraseña" cuando el hardware está dentro de tu cuerpo. Las opciones que tiene son limitadas y ninguna es agradable: o se somete a una cirugía para extraer y reemplazar el chip, o intenta un ataque de fuerza bruta. Esto último implicaría llevar un lector pegado a la mano las 24 horas del día durante semanas, probando combinaciones hasta dar con la correcta, algo poco práctico para la vida diaria.Este incidente rebaja bastante el tono futurista del biohacking. Mientras grandes compañías como Samsung registran patentes de dedos robóticos y tecnología integrada pensando en un futuro lejano, la realidad actual de los implantes caseros es mucho más cutre y propensa al fallo humano. Al final, depender de tu propia memoria para gestionar la seguridad de un dispositivo que requiere bisturí para sacarlo no parece la estrategia más inteligente.El caso contrasta con los avances científicos reales en la fusión hombre-máquina, como esos experimentos donde ya se controlan palomas mediante implantes cerebrales. Allí hay equipos de ingenieros monitorizando cada señal; aquí tenemos a un mago que ha convertido su mano en una carpeta de archivos de solo lectura que redirige a un enlace roto o a una imagen graciosa antigua, sin posibilidad de arreglo sencillo.La experiencia de Wang sirve de recordatorio cruel: la tecnología falla y los humanos olvidan. Integrar ambas cosas de forma permanente en el organismo conlleva riesgos que van más allá de la infección o el rechazo médico. Antes de meterse un chip bajo la piel, quizás habría que asegurarse de tener un plan B mejor que intentar acordarse de una clave alfanumérica años después.El artículo "Un cyborg inútil": se implanta un chip para hacer magia y trucos con Bitcoin, pero olvida la contraseña y lo deja inservible fue publicado originalmente en Andro4all.