Los aficionados de la Bundesliga han vuelto a demostrar quién manda en el fútbol alemán. La serie nuevas medidas de seguridad en los estadios, que los gobiernos regionales y los clubes de fútbol venían debatiendo, para hacer frente a la proliferación de insultos, gritos xenófobos e incidentes durante los partidos, como la lluvia de objetos sobre el campo, ha quedado finalmente en nada. Tras la última Conferencia de Presidentes, la reunión semestral que mantiene los presidentes de los Bundesländer para coordinar políticas a escala federal, han quedado fuera de la mesa propuestas controvertidas como la instalación de cámaras de videovigilancia con sistemas de reconocimiento facial apuntando a las gradas o las entradas personalizadas, adscritas a un nombre y un número de documento de identidad. Tampoco se habla para nada del 'Fan ID', una especie de carnet de socio con datos biométricos necesario para la compra de entradas y que queda en el cajón. «La protesta ha funcionado; las peores medidas ya no están sobre la mesa», resume Thomas Kessen, de la asociación de aficionados 'Unsere Kurve', aunque no canta victoria del todo y advierte que será necesario en adelante «observar de cerca lo que vendrá después en el ámbito de las prohibiciones de los estadios y la pirotecnia». Si bien es cierto que las administraciones regionales han lanzado con esta primera decisión casi exclusivamente señales conciliadoras, con el mensaje «Diálogo en lugar de confrontación», en palabras del Ulrich Mäurer, ministro regional de Interior de Bremen, también ha quedado claro que «junto con los clubes y los aficionados, tenemos un interés común en hacer que la gente se sienta segura en el estadio ». «El hecho de que la protesta de la sociedad civil pueda cambiar la política puede verse como una señal contundente para la sociedad», dice Kessen. Es «un deseo de todos nosotros que los políticos, a partir de ahora, tomen decisiones de nuevo sobre una base verificable y en diálogo con los aficionados, en lugar de actuar por su cuenta». El único resultado tangible de la conferencia es un endurecimiento de las directrices de prohibición de los estadios a personas retiradamente conflictivas y a las que se impedirá el acceso, pero incluso esto se llevará a cabo de forma muy discreta e individual. La demanda previa de reemplazar la decisión de cada estadio por una comisión nacional queda abierta para aplicarse en el futuro, pero como un organismo adicional con sede en la DFB que exigirá procedimientos uniformes. «Estamos creando estándares que sirvan para todos, reglas claras, procedimientos transparentes: eso aporta más seguridad legal para todos», señala también Las protestas de las semanas pasadas, como el silencio mantenido en las gradas durante los 12 primeros minutos del partido, han demostrado su eficacia. Los representantes de los clubes profesionales también habían dejado claro que consideraban la experiencia en estadios segura y advertían contra el «populismo» de medidas no demasiado pensadas. Alegaban, por ejemplo, la dificultad que entrañaría el control de identificaciones personales a la entrada de partidos que convocan a decenas de miles de seguidores. Los clubes tampoco aceptan que se les responsabilice en mayor medida de los costes de las operaciones policiales que exigen los partidos más reñidos. Heidi Reichinnek, líder parlamentaria del Partido La Izquierda y aficionada, ha celebrado en Instagram el resultado de la conferencia y ha advertido que cualquiera que rompa tabúes sobre la protección de datos en el fútbol debería hacerlo pronto también en conciertos y manifestaciones., un comentario que le ha valido más de 40.000 'me gusta'. A través de un comunicado conciliador, la DFL se ha comprometido a que los clubes inviertan más dinero en la cualificación de los servicios de seguridad, la contratación de más agentes de seguridad a tiempo completo y en aumentar significativamente el número de representantes de aficionados. También se muestra la disposición a trabajar más intensamente en la cooperación para la seguridad, en la línea de la reivindicación del ministro regional de Interior de Hamburgo, Andy Grote, que cree que «hay que hacer más trabajo en otros puntos» y apunta directamente al uso de la pirotecnia en las gradas. Los ministros de Interior seguirán hablando sobre este particular en junio, tras tener en cuenta que temporada termina en mayo.