Javier Hungría era un perfecto desconocido hasta que comenzó a relacionarse con Elena Tablada . Tuvieron una hija, decidieron casarse y tiempo después aquello «terminó como el rosario de la aurora». Al menos, así ha definido el fin del amor Joaquín Prat , que ha recibido a Hungría en el plató de ' El tiempo justo ' (Telecinco). El empresario se ha sentado «por segunda vez» para conceder una entrevista, en desventaja con Tablada, que habría protagonizado varios '¡De Viernes!' Y algún 'Me quedo conmigo' donde ha explicado con pelos y señales qué le fue desenamorando de su ex marido. Sobre qué habría tras esa desilusión, desde el punto de vista de Hungría, él ha sido claro y se ha mostrado contundente. Ha respondido a la que fuera su mujer al referir que ha estado «muy enamorado de ella y de eso no me olvido, por muchas cosas que hayan pasado». También que llegó un momento en que «dejé de pensarlo, qué había fallado, porque me di cuenta de que eso no me llevaba a nada. Al principio sí lo hacía pero ya entendí que por ahí no era. Las cosas se acabaron no de la mejor manera posible pero lo que vino después fue peor», ha compartido en el directo. Durante la entrevista han mostrado varios cortes de las participaciones de Elena Tablada en televisión , donde lo ha acusado de «mujeriego, de mal padre, de llevar una vida un poco cuestionable», le han apuntado los periodistas del corazón en plató. Él en todo momento se ha mostrado respetuoso hacia la madre de su hijo y no ha dicho «nada malo de ella». Sobre qué es lo más complicado y lo que más le ha costado gestionar, por un lado, el pensar que su hija, «dentro de 10 o 15 años pueda ver y escuchar esas cosas que su madre ha dicho de mi, porque yo se lo que soy y lo que no pero ella igual cuando le lleguen esas cosas, pues no se». Ha sumado lo que Tablada dijo de su familia , entre otras cosas, «bruja» a su madre . «Siempre la han tratado genial, como a una más, tanto a ella como al os suyos, así que me parece súper injusto y no lo entiendo», ha especificado. A día de hoy la relación que llevan es prácticamente inexistente y solo se comunican para tratar temas de la niña. «El entendimiento es imposible. Si yo digo que son las 18 horas, ella dirá que son las 6 pm. En serio, así que ya he tirado la toalla porque todo es un conflicto», ha dicho. Fruto de esa difícil comunicación, los más de tres años de litigios que le han llevado a un gran desgaste emocional y económico, según ha apuntado. Es por ello que decidió embarcarse en ' Supervivientes ', un programa en el que concursó y que le valió por igual críticas por parte de Tablada.