La presencia de roedores sigue generando preocupación entre los vecinos de la urbanización Los Villares, en Jerez, pese a las actuaciones de desratización llevadas a cabo por el Ayuntamiento a principios de octubre. La situación afecta especialmente a las calles situadas junto a zonas cercanas al campo, donde continúan registrándose episodios de ratas tanto en el exterior como en viviendas particulares.El Consistorio informó entonces que había reforzado los trabajos de control de plagas en las calles Mar Negro y Mar Jónico, donde se instalaron trampas y se desbrozó parte del talud que limita con terrenos agrícolas. La intervención se sumaba a otras dos realizadas durante el verano, una en junio y otra en septiembre, tras las primeras quejas vecinales. Pero el proceso es lento, a pesar de que el trabajo del Consistorio no ha parado.Varias familias aseguran que el problema persiste y que, lejos de desaparecer, los roedores continúan accediendo a patios y viviendas. "Todavía seguimos encontrando ratas pequeñas dentro de casa. No se puede decir que haya un estado de alarma, pero sí que el problema continúa", explica un vecino afectado, que asegura haber capturado "al menos cinco" en los últimos días.Una vecina se muestra clara sobre la situación: "Tengo miedo de tener la puerta abierta. Yo no me fío, sinceramente, porque se cuelan por cualquier sitio. El otro día iba en el coche y se me cruzó una rata bastante grande".Otro residente relata que la instalación de cebaderos con veneno en la acera de Mar Jónico ha coincidido con la aparición de ratas dentro de su propiedad. "Creemos que una rata adulta entró en el patio y parió dentro. Las que he cogido son ratas pequeñas. He tenido que poner trampas y cada semana aparece alguna", señala.El vecino precisa que la empresa contratada por el Ayuntamiento ha instalado trampas visibles en la zona que da al campo, y que el tratamiento se ha ido extendiendo calle arriba. "Han desbrozado el terreno, han encintado la acera y han colocado cajas negras con el veneno. Empezaron en la mitad de la calle y ahora ya casi llegan a la intersección con Mar Negro", detalla.Un proceso más lento del deseadoDesde el Ayuntamiento se recuerda que la desratización es un proceso progresivo y que la presencia de roedores muertos en la vía pública es una consecuencia habitual de los tratamientos. La empresa responsable, Lokímica, ha explicado que los cebos utilizados actúan de forma retardada, lo que hace que los animales salgan de sus madrigueras antes de morir.El Consistorio insistió también en la importancia de la colaboración ciudadana para evitar la aparición de plagas, con medidas como cumplir los horarios de depósito de basura, no alimentar a animales callejeros y mantener los contenedores cerrados. Según el Gobierno local, estos hábitos pueden contribuir a frenar la expansión de los roedores.Los efectos de la plaga están siendo desiguales en la urbanización. Mientras algunos residentes aseguran que los trabajos han reducido la presencia de ratas en las zonas altas de la barriada, otros señalan que en las calles más bajas es necesaria una intervención más amplia.