El museo del Louvre usaba “LOUVRE” como contraseña de sus cámaras de seguridad

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Cuando el robo del siglo en el Louvre parece sacado de una mala película, la realidad supera cualquier ficción. El museo más visitado del mundo, que custodia obras de valor incalculable, dejó su sistema de videovigilancia protegido con la contraseña más obvia del planeta… literalmente “LOUVRE”.​El asunto no es solo vergonzoso. Es una lección brutal sobre lo que pasa cuando ignoramos las alertas de ciberseguridad durante una década entera.La contraseña que nadie esperaba (pero todos temían)A finales de octubre, varios ladrones entraron al museo parisino y se llevaron joyas de la corona francesa valoradas en casi 90 millones de euros. La operación duró apenas siete minutos. Pero lo que realmente dejó boquiabiertos a los investigadores vino después.​Documentos oficiales de 2014 revelados por el diario francés Libération confirmaron lo impensable.El servidor que gestionaba las cámaras de seguridad del Louvre utilizaba como clave de acceso la palabra “LOUVRE”. Así, sin más. Como si alguien hubiera usado “1234” para proteger su cuenta bancaria.​Una década de advertencias ignoradasLo peor de todo es que esto no fue una sorpresa para nadie dentro del sistema.La Agencia Nacional de Ciberseguridad de Francia (ANSSI) realizó una auditoría completa en 2014. El informe fue claro como el agua: cualquiera que controlara la red del Louvre podría facilitar el robo de obras de arte.​Las contraseñas fueron catalogadas como “triviales”. Se advirtió sobre servidores obsoletos de gestión de video. Se señalaron fallas graves en el control de accesos. Pero las recomendaciones terminaron archivadas.​Un segundo análisis realizado entre 2015 y 2017 por el Instituto Nacional de Estudios Avanzados en Seguridad y Justicia volvió a sonar las alarmas. El documento de 40 páginas describió “deficiencias graves”, sistemas de seguridad anticuados y mal funcionamiento generalizado. Nada cambió.​Para 2025, el Louvre seguía usando software de seguridad comprado en 2003 que ya no tenía soporte del fabricante. El hardware corría sobre Windows Server 2003, un sistema operativo con más de dos décadas de antigüedad. Mientras tanto, el museo recibía casi 8 millones de visitantes al año.​Más que un problema de contraseñasLos expertos en ciberseguridad no tardaron en señalar lo obvio. Cuando una institución usa su propio nombre como contraseña, el problema va mucho más allá de un descuido.​Red Hot Cyber, medio especializado en seguridad informática, describió el caso como “un verdadero test de penetración físico”.Los atacantes habrían usado técnicas avanzadas de reconocimiento OSINT (inteligencia de fuentes abiertas) y CTI (inteligencia de amenazas cibernéticas) para estudiar turnos, flujos y vulnerabilidades procedimentales.​La ministra de Cultura francesa, Rachida Dati, admitió públicamente las fallas. Habló de una “subestimación crónica y estructural del riesgo de robo”. Las palabras suenan bien en un comunicado de prensa, pero llegan una década tarde.​La respuesta (tardía) de las autoridadesEl Ministerio del Interior y el Ministerio de Cultura lanzaron una investigación conjunta con la unidad policial de robo de arte. Los fiscales especulan que los culpables podrían ser simples ladrones, sin necesidad de cómplices internos.​Hasta ahora, siete personas han sido arrestadas en relación con el crimen. Dos de ellas son los principales sospechosos. Más de 100 investigadores, más de 150 muestras de ADN analizadas e incontables horas de grabaciones de seguridad revisadas no han sido suficientes para localizar las joyas robadas.​El gobierno francés ha prometido una modernización completa de la arquitectura de vigilancia del Louvre para mediados de 2026.The post El museo del Louvre usaba “LOUVRE” como contraseña de sus cámaras de seguridad first appeared on PasionMóvil.