El Barça va de mal en peor, pero Lamine Yamal, el mismo al que insisten en disfrazar de demonio, es quien le salva la cara. De no haber sido por él, el equipo de Flick hubiera pagado caro su horrible desempeño defensivo ante el Brujas, el segundo clasificado de la liga belga y contra quien el equipo azulgrana jamás había caído. Lamine sacó a sus compañeros del agujero y, al menos, rescató un empate con aroma a azufre. No perdió porque el VAR invitó al árbitro Anthony Taylor a que anulara por falta el gol del triunfo al Brujas tras una grave imprudencia de Szczesny ante Vermant.Seguir leyendo....