La hermandad del Museo tiene una cita este fin de semana con su historia porque la corporación va a celebrar sus 450 años de vida con una salida extraordinaria volviendo a recrear el Stabat Mater del Cristo de la Expiración y la Virgen de las Aguas con el que hacían estación de penitencia hasta los años 20 del siglo pasado, momento en el que se creó el palio para la titular. Habrá un traslado a la Catedral de Sevilla este viernes 7 de noviembre a las 17:00 horas desde su capilla yendo por la plaza del Museo, San Vicente, Cardenal Cisneros, Virgen de los Buenos Libros, Teniente Borges, plaza del Duque, plaza de la Campana, Sierpes, Cerrajería, Cuna, plaza del Salvador, Álvarez Quintero, Chapineros, Francos, Placentines, Argote Molina, Alemanes, Cardenal Amigo Vallejo, plaza Virgen de los Reyes y entrada por la Puerta de Palos a las 21.30 horas de la noche. El regreso será el 8 de noviembre , tendrá el mismo horario de salida y entrada que la ida, de 17:00 horas a 21.30 horas de la noche. Recorrido: Plaza Virgen de los Reyes, Cardenal Amigo, Alemanes, Hernando Colón, Plaza de San Francisco, Plaza Nueva, Tetuán, Rioja, Plaza de la Magdalena, San Pablo, Cristo del Calvario, Canalejas, Gravina, Puerta Real, Alfonso XII, Plaza del Museo y entrada. A la ida, el Museo visitará la parroquia de San Vicente y transitará por la plaza del Salvador. Por su parte, en el regreso pasará por el Ayuntamiento de Sevilla y saludará a la parroquia de la Magdalena para regresar a su sede canónica en un itinerario similar al de cada Lunes Santo por el entorno de la Puerta de Triana, Gravina y alrededores del Museo de Bellas Artes, antiguo convento de la Merced. Hay que apuntar que el Stabat Mater del Museo en un paso no se veía desde la Semana Santa de Sevilla de 1922 y para esta ocasión especial, en las esquinas están los cuatro candelabros de guardabrisas cedidos por la hermandad de La Cena de Jerez de la Frontera . El Cristo de la Expiración porta nuevas potencias de estilo barroco ejecutadas en el taller de Joaquín Ossorio, así como el juego de casquillos e Inri con el que procesionaba antiguamente. La Virgen de las Aguas volverá a salir con las manos entrelazadas, es decir, con las originales de Cristóbal Ramos, tal y como hiciera en el año 2022 en la procesión que protagonizó por el barrio de San Vicente por los 250 años de la hechura de la imagen. La dolorosa se presenta con la saya más antigua con la que cuenta en su ajuar, y con la que procesionaba a los pies del Señor . Al taller de Joaquín Ossorio se deben también la diadema y el puñal, que recrean las piezas originales del siglo XIX. Luce un tocado de tul bordado en hojilla de plata de finales del siglo XIX, así como el manto cedido para la ocasión por la hermandad de la Quinta Angustia. Esta salida extraordinaria culmina un año plagado de actos y cultos especiales para la corporación donde también hay que destacar el vía crucis y traslado del crucificado hasta la parroquia de San Andrés , sede fundacional de la hermandad donde se creó en 1575 por el gremio de plateros. Durante la cuaresma, la cofradía llevó al titular en unas andas especiales donde le acompañaron los cuatro evangelistas de Francisco Antonio Ruiz Gijón. Hay que apuntar que hace medio siglo, las imágenes también fueron trasladadas a la Catedral para celebrar los cuatro siglos de su fundación pero en aquella ocasión, se llevaron en andas y a primera hora de la mañana. Se celebró el quinario en el primer templo de la Archidiócesis y tras la función principal de instituto, regresaron a hombros de sus hermanos. En 1975, Las Penas de San Vicente también celebraran un siglo desde su fundación y para la historia, quedó la estampa de una función conjunta de ambas hermandades con el Cristo de la Expiración y la Virgen de los Dolores de la cofradía de la parroquia.