La tecnología de escaneo e impresión 3D está suponiendo una auténtica revolución en la conservación del patrimonio artístico y cultural. Gracias a su precisión y versatilidad, permite la creación de copias exactas de esculturas, tallas, elementos arquitectónicos e incluso obras completas, facilitando su estudio, restauración y difusión sin poner en riesgo los originales, además de permitir tener una ‘copia de seguridad’, de muchos terabytes, de la imaginería devocional.Esta innovación ha abierto nuevas posibilidades en el ámbito de la imaginería religiosa, donde el valor artístico y devocional de las piezas convierte su conservación en una prioridad. En los últimos años, hermandades, museos y diócesis han comenzado a incorporar estos procedimientos, conscientes de que una copia digital puede ser la mejor garantía ante pérdidas, deterioros o catástrofes que afecten al patrimonio.La réplica de San BrunoEn Jerez, el Obispado ha sido protagonista de un proyecto que ejemplifica este avance tecnológico. La empresa Escaneamos 3D, con sede en la ciudad, ha sido la encargada de realizar una réplica exacta de la imagen de San Bruno, fundador de la orden de los Cartujos, copia que actualmente preside el altar mayor del monasterio de La Cartuja de Santa María de la Defensión.Impresión digital del busto del Señor de la Coronación de Espinas. MANU GARCÍAMarcos González ante el ordenador mostrando el escaneo en tres dimensiones del san Bruno de la Catedral. MANU GARCÍAEl proceso comenzó con el escaneo tridimensional de la talla original, una obra de José Arce (1641) situada en la Catedral de Jerez. Este escaneo digital permitió capturar con una precisión milimétrica la forma, textura y volumen de la imagen. Posteriormente, se imprimió una reproducción a escala real en madera, elaborada por partes debido a su tamaño, y finalmente un escultor se encargó de lijar, ensamblar y policromar la pieza para obtener una copia indistinguible del original.“Es una copia exacta de la imagen. Si alguna vez desapareciera o sufriera daños, se podría volver a reproducir tal y como está hoy en día”, explica Roberto Tocón Granados, responsable técnico del proyecto junto a Marcos González Ceballos. El especialista subraya que este tipo de iniciativas están calando cada vez más entre las hermandades e instituciones religiosas, que ven en el escaneo 3D una forma eficaz de preservar su legado sin renunciar a la autenticidad artística.Escaneos que capturan hasta los detalles invisiblesEl escaneo 3D permite registrar incluso los detalles más imperceptibles. “En una ocasión —cuenta Tocón— escaneamos una imagen y pensamos que el archivo tenía una raya en la pierna, pero al observarla de cerca descubrimos que era una diminuta línea de sangre del propio original”. Este nivel de fidelidad demuestra el potencial científico y documental de esta tecnología, que genera un ‘estado cero’ de la obra, es decir, un archivo que refleja con exactitud su estado actual.En la izquierda, la imagen original del san Bruno de José de Arce. En la derecha, la copia terminada y policromada para ser ubicada en la Cartuja.Dicho registro puede utilizarse para monitorizar deterioros, deformaciones o daños a lo largo del tiempo, lo que resulta de gran utilidad para restauradores, historiadores del arte y técnicos de conservación. Además, ofrece la posibilidad de reproducir partes específicas —una mano, un rostro, una articulación— sin necesidad de intervenir la pieza original.Hermandades, arte y seguridad patrimonialEn el ámbito cofrade, el interés por el escaneo 3D no deja de crecer. Las hermandades, especialmente aquellas con imágenes titulares expuestas al culto diario o a la intemperie durante las procesiones, comienzan a entender el valor preventivo de disponer de una copia digital.Piezas ya impresas en 3D pendientes de policromar. MANU GARCÍA“Hay hermandades que desde el primer momento han visto la trascendencia que tiene, aunque otras son más reticentes y les cuesta decidirse”, señala Tocón. Reconoce que se trata de una tecnología de alto coste, pero insiste en que “es una inversión que ofrece tranquilidad, porque garantiza que cualquier incidencia —un robo, incendio o accidente— no supondría la pérdida definitiva de una obra o parte de ella irrepetible”.Este tipo de reproducciones también abre nuevas vías para la divulgación cultural y religiosa. Las copias a menor escala de imágenes o piezas de museos permiten acercar el patrimonio a más personas, ya sea mediante merchandising devocional o réplicas de estudio. En algunos museos ya es común ofrecer al visitante miniaturas exactas de piezas emblemáticas, creadas a partir de modelos 3D.Un aliado para escultores contemporáneosEl uso del escaneo e impresión 3D no se limita a la conservación. Cada vez más escultores e imagineros incorporan esta tecnología a su proceso creativo. “Es una herramienta que les sirve muchísimo”, afirma Tocón. Cita el ejemplo de la escultora Ana Rey, que modela directamente en ordenador para obtener prototipos digitales que luego amplía a tamaño real. Otro artista, relata, trabajaba en plastilina, y tras el escaneo de su modelo inicial, pudo producir la obra final en madera, ahorrando el trabajo de desbastado manual y muchas horas de taller.Trofeos creados con impresión 3D de filamentos. MANU GARCÍAEl proceso, sin embargo, no es inmediato. La impresión de una pieza requiere tiempo y precisión. Una vez impresa, se desmonta del soporte, se lija y se somete a un tratamiento de curado, en el que las partes internas con resina líquida se solidifican completamente para garantizar la estabilidad del material.Futuro de innovación y preservaciónEl escaneo e impresión 3D representan una de las herramientas más prometedoras del siglo XXI para la conservación del arte y el patrimonio religioso. Aunque su coste sigue siendo elevado, sus beneficios en términos de documentación, seguridad y creación artística son innegables.“Estamos hablando de pequeñas obras de arte que son 100% exactas”, concluye Tocón. “Nosotros entregamos un soporte muy versátil, pensado para que el artista que policrome la pieza pueda poner su arte sin dificultad”.En un contexto en el que la tecnología y la tradición parecen caminos opuestos, el 3D demuestra ser el punto de encuentro entre ambos mundos, garantizando que las obras del pasado puedan perdurar.