La Torre de Alfarach, vigía del Tajo en Toledo, emerge del olvido

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En uno de los rincones menos visibles pero cargado de historia de la ciudad de Toledo, la Torre de Alfarach —también conocida como «Torre del Pozo»— comienza a ver la luz tras años de olvido, oculta prácticamente entre hierbas y malezas. El Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), dependiente del Ministerio de Cultura, ha iniciado la actuación de restauración para consolidar este vestigio de las murallas sur de la ciudad, que durante los últimos tiempos ha formado parte de la lista roja de patrimonio en riesgo del Hispania Nostra. La Torre de Alfarach se alza en un lugar estratégico: en la curva del Río Tajo que conduce al Puente de San Martín, bajo los muros del antiguo Convento de San Gil, hoy sede de las Cortes de Castilla-La Mancha, y sobre los Molinos del Daicán y la Reina. En su origen, cumplía funciones defensivas para el tramo de muralla que delimitaba el barrio de la Judería. Se trata de una torre albarrana de planta circular que, por su diseño adelantado respecto al lienzo de muralla, permitía observar y proteger esa curva del río desde una posición dominante. No se conoce con certeza la fecha exacta de su construcción, aunque algunos investigadores sitúan su origen en época mozárabe o almohade. El nombre «Alfarach» podría venir del árabe al-farây (lugar alto o mirador) o de «consolación». En su momento de mayor abandono, la torre estaba en ruinas: sin unión entre las piedras, acumulando escombros modernos en su entorno, convertida parcialmente en palomar y en alojamiento de instalaciones de iluminación decorativa. Esta situación la llevó a entrar en la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra por su « total abandono». Los técnicos del IPCE han explicado que, en esta intervención, se retirarán los materiales de derrumbe modernos acumulados en la base y se realizará la investigación arqueológica necesaria para comprender cómo se conecta la torre con la muralla y cuál fue exactamente su función. La restauración forma parte del Plan Director de las Murallas de Toledo, que abarca cinco tramos de la muralla: tres en la parte sur (incluyendo la Torre de Alfarach, la calle Carreras de San Sebastián y la calle Tahona) y dos en zonas emblemáticas como el Puente de San Martín y la Puerta del Sol. La inversión de todo el proyecto asciende a 1.202.077 euros y el plazo estimado de ejecución es de 18 meses. Los trabajos comenzaron en abril, aunque en la propia torre se arrancaron después del verano. Los objetivos de la actuación son claros: restaurar y consolidar el monumento, resolver las patologías estructurales existentes, reforzar su estabilidad, frenar la degradación y garantizar su conservación. Además, se pretende recuperar el espacio adyacente para el uso público con seguridad. La Torre de Alfarach es un ejemplo del legado defensivo que rodeaba Toledo , ciudad declarada Patrimonio Mundial por la Unesco 1986. Aunque la obra está en marcha, quedan desafíos pendientes, como lograr una divulgación adecuada de la torre para que no siga siendo invisible al gran público, que ahora, al estar vestida de andamios, deja en evidencia su gran envergadura. Otro objetivo de los restauradores es que los materiales utilizados en la restauración sean compatibles con los originales y, además, abrir un itinerario accesible que permita al visitante entender su contexto (la muralla sur, el barrio de la Judería, el río Tajo) para convertirla en un recurso patrimonial vivo. La Torre de Alfarach, ahora vestida de andamios, inicia un nuevo capítulo tras décadas de olvido. Esta intervención no solo devolverá a la torre su dignidad como elemento histórico, sino que debe servir como puerta de entrada a un tramo de la muralla sur que, hasta ahora, ha permanecido al margen del circuito turístico y ciudadano.