Con 123 metros de altura y capacidad para llevar 100 toneladas hasta la Luna, la nave de SpaceX redefine el concepto de exploración. La Starship no busca visitar otros mundos, sino colonizarlos. Y detrás de su acero reluciente se esconde una ambición que va más allá de los viajes espaciales: construir una presencia humana permanente fuera de la Tierra.