Circula por Facebook una foto reciente de Georg Friedrich Haas (Graz, 72 años) en un conocido tablao flamenco del centro de Madrid. “No exagero si digo que fue una de las experiencias musicales más intensas de mi vida”, confiesa el compositor austriaco en un salón sin ventanas del Auditorio Nacional. “Me pareció que esa libertad expresiva no pertenecía a ninguna ideología ni canon centroeuropeo”. Haas es hijo y nieto de nazis, por lo que toda su música nace del instinto de supervivencia de lo que en sus memorias describe como el “horror heredado” durante una infancia en la que sufrió abusos físicos y sexuales. “Mis padres fueron unos criminales”, afirma con total serenidad. “Llegué a esa conclusión tras un largo proceso de asimilación, marcado por la vergüenza y el miedo. Durante años no pude hablar de ello con palabras, solo con música”. Seguir leyendo