La inteligencia artificial ha convertido el cibercrimen en algo accesible para cualquiera. Estafas telefónicas con voces clonadas, fraudes bancarios con vídeos falsos o ataques de ransomware que se ejecutan solos ya no requieren conocimientos técnicos avanzados. Según Axios, las fuerzas de seguridad tradicionales van varios pasos por detrás y carecen de la formación necesaria para perseguir estos delitos. El resultado es un desfase enorme entre la sofisticación de las amenazas y la capacidad real de respuesta policial.Las cifras lo dejan claro. Los fraudes con deepfakes se multiplicaron por 30 durante 2023 —pasaron de casos puntuales a decenas de miles— y Deloitte calcula pérdidas de 40.000 millones de dólares solo en Estados Unidos para 2027. Eso son unos 38.000 millones de euros al cambio actual, según informa Axios.La policía no sabe cómo enfrentarse a estoLos ejemplos que recoge Axios rozan lo absurdo. Drones hackeados para robar en domicilios, perros robot empleados en asaltos físicos, o chatbots que explican paso a paso cómo forzar un coche. Las estafas telefónicas con voces sintéticas clonan la voz de un familiar en segundos y piden dinero urgente, engañando incluso a gente precavida.La falsificación de documentos digitales creció un 244% en el último año, según Entrust. Para que nos entendamos: donde antes había 100 documentos falsos, ahora hay 344. Y eso contando únicamente lo que se detecta, porque la mayoría de víctimas ni siquiera denuncia. Hace unos meses saltó el caso de hackers chinos que usaron Claude para lanzar ciberataques prácticamente sin intervención humana.El ransomware actual puede infectar miles de ordenadores simultáneamente sin supervisión. Hospitales que se quedan sin historiales médicos, plantas de tratamiento de agua con los sistemas bloqueados, bancos que pierden el acceso a sus propias cuentas. Los ataques se propagan en minutos y la policía tarda días en reaccionar, cuando llega a hacerlo.El problema de fondo es brutal: las comisarías locales no tienen ni formación ni recursos para investigar estos casos. Acaban derivándolos a organismos federales que tampoco dan abasto. En Estados Unidos solo unas pocas academias, como la de Miami Dade College, empezaron este año a enseñar nociones básicas de IA a los agentes. En España la situación no es mejor.Mientras tanto, hay detenidos por inventarse noticias con ChatGPT y cárcel para quien crea deepfakes pornográficos en Reino Unido, pero las leyes siempre van meses por detrás de lo que los delincuentes ya están haciendo. Implantar protocolos de seguridad lleva años; los criminales adoptan cada herramienta nueva en semanas.El desfase es tan grande que algunos expertos ya hablan de una carrera perdida de antemano. La colaboración internacional avanza despacio, la formación policial es inexistente en la mayoría de países, y mientras tanto los ataques se multiplican. La pregunta ya no es si habrá más víctimas, sino cuántas.El artículo La policía está desbordada: la IA se convierte en el arma definitiva del crimen que desborda a la policía fue publicado originalmente en Andro4all.