El pulso del tiempo y la verdad del toreo

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Guadalajara.- Guadalajara vivió una tarde de matices y silencios hondos. Una de esas funciones que no buscan el estruendo, sino el peso del contenido, el trazo invisible que deja el arte cuando se manifiesta con verdad. La plaza fue testigo de un festejo donde la torería se impuso sobre las inercias, y la lidia se volvió un espejo de la vida misma: el esfuerzo, la quietud, el tiempo que se estira, el instante que se vuelve eterno.TE PUEDE INTERESAR: ¡Que comience la Fiesta Grande! Rayados vs. América y Cruz Azul vs. Chivas con el Pumas vs. Pachuca en el Play-InLa ganadería Santa Fe del Campo presentó un encierro bien presentado, con matices de exigencia. Seis toros distintos, seis retos en los que cada torero dibujó su propia verdad. Fue una tarde de tres estilos, tres maneras de entender el oficio, y un denominador común: la autenticidad.Emilio de Justo, la pausa y el clasicismoAbrió plaza “Princesito”, de 482 kilos, un toro áspero, sin concesiones. Desde el saludo capotero, Emilio de Justo midió las aguas y marcó el compás con su acostumbrada sobriedad. La faena tuvo mando, temple y un pulso que habló de autoridad. Supo doblarse con torería y cruzarse al pitón contrario con ese valor que no se grita, sino que se demuestra. La estocada, trasera y contraria, demoró el premio, pero no borró la sensación de dominio.Ya con “Sonajero”, el cuarto, el español alcanzó su plenitud. Desde la elegancia en el capote hasta el temple en la muleta, fue un recital de clasicismo y ritmo pausado. El toro, noble y con transmisión, permitió a Emilio construir una de sus obras más rotundas de la temporada. Hubo muletazos largos, hondos, y un natural abandonado que encendió los tendidos. Una estocada certera selló la faena y le valió una oreja de peso, mientras el público pedía con fuerza la segunda. La suya fue una lección de pureza, la evidencia de que el toreo, cuando se hace despacio, conquista sin estridencias.Juan Pablo Sánchez, el temple que trasciendeEl hidrocálido Juan Pablo Sánchez volvió a mostrar que su toreo no necesita ruido, solo verdad. Su primer toro, “Cominito”, de 515 kilos, fue una faena que creció con el tiempo, de menos a más, hasta encontrar el ritmo exacto del astado. Por la derecha templó con hondura; por el izquierdo, dictó cátedra. Hubo en él una serenidad que no se improvisa, una claridad de ideas que solo poseen los que torean con el alma. Pinchó arriba, saludó en el tercio, y dejó en el aire una sensación de torero mayor.Con su segundo, “Andaluz”, de 490 kilos, la madurez se hizo visible. Las verónicas de saludo, de empaque, preludiaron una faena de magisterio. El viento, a favor, acompañó su temple natural. Toreó vertical, puro, sin adornos. Cuando el toro fue a menos, Sánchez siguió dándole tiempo, dejando que el silencio hablara. Al final, se arrimó con verdad, jugándose la vida sin alardes. Falló con la espada, pero su concepto quedó en la memoria: torear es detener el reloj, y él lo logró.Sergio Flores, entrega y toreríaEl tlaxcalteca Sergio Flores mostró su entrega habitual en sus dos actuaciones. Con “Tapatío”, tercero de la tarde, se impuso a un toro de escasa transmisión, dejando detalles de firmeza y voluntad. Fue superior al astado, y aunque el lucimiento fue limitado, su actitud fue de torero que no se rinde.En el sexto, un toro con clase de Santa Fe del Campo, brotó la mejor versión de Flores. El inicio capotero tuvo sabor y compostura, rematando con una media verónica de gran firma. Brindó a la afición y se metió en faena con naturalidad. Por la derecha, muletazos largos, con profundidad y entrega; por el izquierdo, una cadencia serena que conquistó al tendido. Cerró con bernardinas ajustadas, y aunque pinchó una gran faena, quedó la sensación de una actuación importante, plena de torería y madurez.Ficha: Plaza de Toros “Nuevo Progreso. Guadalajara, Jalisco”. Cuarta Corrida de la Segunda Parte de la Temporada Grande. Media entrada. Toros de Santa Fe del Campo, de juego variado, destacando el sexto, aplaudido en el arrastre. Emilio de Justo, oreja y ovación.Juan Pablo Sánchez, ovación y palmas. Sergio Flores, palmas y fuerte ovación.Fotos: Manolo BrionesThe post El pulso del tiempo y la verdad del toreo first appeared on Ovaciones.