Esta noticia es una publicación original de Cinemascomics.comPocos personajes del cine de terror son tan reconocibles como Hannibal Lecter. El caníbal más elegante del séptimo arte ha sido interpretado por varios actores, pero ninguno dejó una huella tan profunda como Anthony Hopkins. Su voz, su mirada y esa calma perturbadora se convirtieron en parte del ADN del personaje, y ahora, más de tres décadas después, el propio actor ha revelado de dónde nació aquella inquietante forma de hablar… y cómo decidió presentarse ante Clarice Starling por primera vez.El ganador del Oscar ha concedido una entrevista a The Guardian con motivo de su nuevo libro de memorias We Did OK, Kid, en el que repasa su extensa carrera. A sus 88 años, Anthony Hopkins sigue imparable: acaba de participar en Locked (2025) y prepara el estreno de Eyes in the Trees y Wife & Dog. Además, sus seguidores disfrutan con sus vídeos bailando en redes sociales, demostrando que sigue tan vital como siempre.Y sí, puede que ya no coma hígado con habas y un buen Chianti, pero el espíritu de Hannibal Lecter sigue muy presente en él.Si te gusta el cine tanto como a nosotros, recuerda seguirnos en Google News para no perderte las mejores historias del séptimo arte.El origen de un monstruo fascinante de Anthony HopkinsCuando Anthony Hopkins recuerda El silencio de los corderos, lo hace con una mezcla de orgullo y asombro. Sabía que aquel papel iba a ser especial, pero nunca imaginó que el psiquiatra caníbal se convertiría en un icono cultural. Según cuenta, la manera en la que Lecter se expresaba nació de tres fuentes muy distintas: la elegancia de Katharine Hepburn, las enseñanzas de una antigua profesora de teatro y el tono frío y calculador de HAL 9000, la inteligencia artificial de 2001: Una odisea del espacio.Ese cóctel fue el que dio forma a la voz pausada y precisa que todavía provoca escalofríos. Pero Anthony Hopkins no se limitó a eso. También intervino en detalles visuales que hoy parecen inamovibles. Durante las pruebas de vestuario en Pittsburgh, le propusieron vestir a Lecter con un mono naranja de preso. Hopkins lo rechazó de inmediato.“Fui a Pittsburgh para la primera prueba de vestuario. Querían ponerme un mono naranja. Les dije: No, quiero un traje verde ajustado. Lecter podría pagar a cualquiera para que lo confeccione, porque es tan inteligente que mataría si no obedeces sus órdenes”, explica Anthony Hopkins.Anthony HopkinsEsa decisión cambió para siempre la percepción del personaje. En lugar de parecer un criminal cualquiera, Lecter se presentaba como un hombre refinado, casi aristocrático, cuyo intelecto era su verdadera arma.La escena que definió a LecterEl director Jonathan Demme tenía otra duda importante: ¿cómo debía ser el primer encuentro entre Hannibal Lecter y Clarice Starling, interpretada por Jodie Foster? La idea inicial era mostrarlo tumbado o leyendo en su celda, pero Anthony Hopkins propuso algo distinto, casi animal.“Recuerdo que Jonathan me preguntó: ¿Cómo quieres que te descubra Jodie cuando te vea por primera vez? ¿Acostado? ¿Leyendo un libro? Le dije: No, de pie. Me preguntó por qué y respondí: Porque puedo olerla mientras baja por el pasillo. Y él dijo: Estás loco”.Esa decisión resultó brillante. La imagen de Lecter erguido, inmóvil y observando a Clarice como un depredador que huele a su presa se grabó en la mente del público. Fue el nacimiento de una de las escenas más inquietantes del cine moderno, donde la tensión se podía cortar con un cuchillo.Por qué Hannibal Lecter nos perturbó tantoParte del poder del personaje de Anthony Hopkins está en su contradicción. Es un asesino, sí, pero también es culto, inteligente y casi encantador. Habla con una cortesía exquisita mientras describe actos inimaginables. Esa dualidad entre el refinamiento y la brutalidad pura nos obliga a mirarnos en un espejo incómodo: ¿por qué nos fascina alguien así?El propio Anthony Hopkins lo explica en su libro: “Lecter es un hombre que ha renunciado a todas las normas sociales, pero conserva la elegancia del monstruo que sabe que ya no tiene nada que demostrar”.Esa mezcla de frialdad y sofisticación convirtió su interpretación en una obra maestra del terror psicológico.Un toque de vampiro en la ecuaciónLo que pocos sabían es que Anthony Hopkins también se inspiró en otro monstruo clásico: Drácula. En sus memorias, el actor cuenta que durante su infancia solía imitar a Bela Lugosi, el actor que inmortalizó al vampiro de capa negra. Aquella influencia acabaría apareciendo, de forma casi subconsciente, en una de las escenas más recordadas del filme.“El día de la primera lectura de guion fui todo lo aterrador que pude. Podías oír caer un alfiler en la sala. Pocos segundos después de empezar a hablar como Lecter, vi cómo Jodie se tensaba. También recordé mis imitaciones de Bela Lugosi cuando era niño. En Drácula, hay una escena donde Jonathan Harker se corta con una navaja y siente cómo el conde se lanza hacia él. El sonido que imaginé que hacía, esa mezcla de siseo y succión, fue el que usé con los labios para Hannibal. El mismo que todo el mundo imita ahora”.Ese sonido, ese breve y escalofriante slurp, se convirtió en una de las marcas más reconocibles del cine moderno. Un gesto mínimo capaz de congelar la sangre.Un legado eternoEl silencio de los corderos (1991)El silencio de los corderos (1991) no solo ganó el Oscar a Mejor Película, sino que también otorgó a Anthony Hopkins su primer premio de la Academia por Mejor Actor. En apenas 16 minutos de metraje, logró crear una figura inmortal. La película, basada en la novela de Thomas Harris, sigue a la joven agente del FBI Clarice Starling mientras busca la ayuda de Lecter para atrapar a un asesino en serie conocido como Buffalo Bill. Lo que comienza como una relación profesional acaba transformándose en un peligroso juego mental entre cazador y presa.El film redefinió el thriller psicológico y elevó el género de terror a un nivel de sofisticación que rara vez se ha igualado. Más de treinta años después, la sombra de Hannibal Lecter sigue presente en cada nueva historia sobre asesinos inteligentes o criminales refinados.Anthony Hopkins, maestro de la mente humanaMirando atrás, Anthony Hopkins sigue sorprendido por el impacto de su creación. “Nunca planeé que se convirtiera en un icono. Solo intenté ser honesto con la mente del personaje”, dijo en su entrevista. Y quizá esa honestidad es la que nos sigue desarmando.Su Lecter no necesitaba sangre para darnos miedo. Le bastaba una mirada, una respiración… o una frase dicha con voz suave y pausada: “Buenos días, Clarice”.Esta noticia ha sido publicada por Cinemascomics.com