El potente tifón, con vientos superiores a 185 km/h y lluvias torrenciales, ha golpeado de lleno la isla de Catanduanes provocando inundaciones y evacuaciones masivas, mientras los equipos de rescate luchan contra reloj para llegar a las zonas más aisladas.De nuevo, el archipiélago filipino vuelve a enfrentarse al rostro más implacable de la naturaleza, después de que en las últimas semanas se hayan sucedido un terremoto de magnitud 7,4, un devastador incendio en Cebú y un tifón —el Kalmaegi— que arrasó la misma ciudad dejando más de 200 muertos. En las últimas horas ha sido otro supertifón, el Fung-wong (conocido localmente como “Uwan”) el que ha azotado con una violencia feroz la isla de Catanduanes, en la región de Bicol, dejando tras de sí un paisaje de destrucción, evacuaciones masivas y una crisis humanitaria de magnitudes sobrecogedoras.La secuencia de tormentas ha agravado la vulnerabilidad del terreno, con suelos saturados, ríos a punto del desbordamiento, y comunidades que apenas estaban iniciado la recuperación de los últimos desastres naturales.Un ciclón de 1800 km de diámetroSegún informaciones oficiales, Fung-wong ha alcanzado vientos sostenidos de más de 185 km/h y rachas que han superado los 230 km/h en su momento más álgido. Su radio de acción ha sido enorme: llegó a medir alrededor de 1.800 km de diámetro, lo que lo convierte en uno de los sistemas más amplios que ha afectado Filipinas en años. El SUPER TIFÓN Fung-wong (#Uwan) está azotando Filipinas solo días después de que el tifón Kalmaegi matara a casi 200 personas.Más de 900.000 residentes han sido evacuados mientras la tormenta, ahora un supertifón localmente, azota el país con vientos de hasta 185 km/h (115 pic.twitter.com/J4NI53Lv9T— GEOPOLÍTICA (@Geopolitik_2030) November 10, 2025La tormenta no solo trajo vientos huracanados, sino también olas gigantes, marejada ciclónica y lluvias torrenciales que desataron inundaciones repentinas y deslizamientos en zonas montañosas y costeras. Artículo relacionadoLos meteorólogos alertan: cada vez hay más huracanes que se hacen muy poderosos en menos tiempoEn algunos municipios las casas se han inundado hasta el techo, y varias familias han tenido que ser rescatadas de los tejados. Hasta el momento, se han reportado nueve fallecidos a consecuencia de Fung-wong.Una nueva declaración de estado de calamidadLas autoridades filipinas se han visto obligadas a volver a declarar el estado de calamidad nacional. Se estima que más de 1,4 millones de personas han tenido que ser desplazadas o evacuadas preventivamente en varias regiones del país. Dos supertifones han azotado Filipinas en menos de una semana.La tormenta Kalmaegi dejó más de 200 muertos y ahora el país enfrenta los estragos del ciclón Fung-wong.️Informa @SilviaGuerraO https://t.co/ZgJQU9hav8 pic.twitter.com/oUYUSjZQwE— Telediarios de TVE (@telediario_tve) November 10, 2025En Catanduanes, el foco de la tormenta, la logística de rescate se ve obstaculizada por carreteras bloqueadas, cortes de energía generalizados y comunicaciones interrumpidas. Artículo relacionado¿Te gustan las tormentas y las olas gigantes? Entonces este lugar es tu destino ideal, según National GeographicLas ONG locales y los organismos de emergencia tratan de abordar con urgencia la necesidad de agua potable, alimentos, atención médica y refugios temporales.Tormentas de proporciones históricas por el cambio climáticoMás allá de la tragedia humana y de la necesidad de socorro inmediato, esta catástrofe meteorológica vuelve a poner en evidencia el papel del cambio climático en la intensificación de tifones en la región del Pacífico Occidental. Filipinas ha sido golpeada por dos tifones consecutivos.Typhoon Kalmaegi (4 nov): vientos de ~150 km/h, ráfagas de hasta ~185 km/h.️+224 decesos.Typhoon Fung-wong (9 nov): vientos de ~140 km/h, ráfagas de hasta ~170 km/h.️8 decesos. Se reporta además saturación de pic.twitter.com/DSRsJm3jiw— SkyAlert Storm (@SkyAlertStorm) November 10, 2025Los científicos señalan que los océanos más cálidos, la elevación del nivel del mar y la mayor humedad atmosférica están contribuyendo a que tormentas que antes eran severas ahora alcancen proporciones históricas. Las imágenes proporcionadas por los satélites y los informes sobre el terreno coinciden: comunidades enteras están sin techo, cultivos arrasados y la infraestructura dañada gravemente. En Catanduanes, la economía local —dependiente de la agricultura, la pesca y el turismo modesto— afronta ahora el reto de volver a levantarse.