La deserción de siete senadores demócratas y de un independiente abrió la puerta el domingo a eso de la medianoche (hora local) para el fin del cierre parcial del Gobierno más largo de la historia de Estados Unidos, que este lunes, mientras se adentraba en su séptima semana, cumplió su cuadragésimo primer día. También devolvió al partido a un terreno familiar: la crisis existencial de la que parecieron emerger tras un largo año inmerso en ella, después de las contundentes victorias del 4 de noviembre en Nueva York, Nueva Jersey y Virginia. Seguir leyendo