En la provincia de Cádiz, muy cerca de lugares emblemáticos como pueden ser las localidades de la Sierra de Grazalema y de la ciudad de Ronda , se encuentra un tesoro que cada vez está menos oculto y que recibe anualmente miles y miles de visitantes. Es el caso de la pequeña localidad de Setenil de las Bodegas, uno de los pueblos más fotogénicos de toda la geografía española. Cuando las temperaturas se suavizan y llegan los primeros fríos , haciéndose el otoño dueño de la situación a todos los niveles, resulta un auténtico placer pasear por los pueblos que componen la ruta de los pueblos blancos de la sierra de Cádiz. De entre esos pueblos, entre los que se pueden destacar Grazalema, El Bosque, Villaluenga del Rosario o Zahara de la Sierra, reluce de manera especial Setenil de las Bodegas, que deja estampas únicas. Pasear por Setenil de las Bodegas es hacerlo por un pueblo que parece sacado de un cuento nórdico, que reluce de manera especial en otoño y en invierno y que muestra ubicaciones imposibles, refugiado en una enorme roca. La calle principal de Setenil, excavada directamente y ganada a la montaña, que está repleta de bares y restaurantes, es uno de los lugares más emblemáticos de este singular emplazamiento. Al menos una vez en la vida hay que visitar Setenil de las Bodegas, un lugar al que sus indudables atractivos lo han convertido sin género de dudas en una de las estrellas turísticas ya no sólo de la Sierra de Cádiz, sino de toda la provincia. Algunas de las calles más visitadas y espectaculares son las calles de las Cuevas de la Sombra o las Cuevas del Sol. En Setenil se pueden encontrar casas que se encuentran bajo las rocas , en el interior o encima de las mismas. Para encontrar los orígenes de esta bonita población hay que retroceder hasta la Edad Media, para imaginar que en el espacio que hoy se denomina como la Villa, existía un antiguo poblado almohade. Dentro de esta primigenia población destacaba el castillo, que se levantó entre los siglos XIV y XV , del que en la actualidad aún se conservan la Torre del Homenaje y un Aljibe. Además de todos estos monumentos que nos indican cómo era la villa en otros tiempos, el patrimonio de Setenil de las Bodegas también cuenta con otros hitos interesantes como la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación, la antigua Casa Consistorial y dos encantadoras ermitas como son la de Nuestra Señora del Carmen y San Sebastián. Por todos estos atractivos e hitos para visitar, el centro de la ciudad está considerado desde el año 1985 como conjunto histórico-artístico, ya que su originalidad y belleza está fuera de todas dudas. Cualquier momento del año es bueno para acudir y deslumbrarse con todo lo que ofrece una localidad como Setenil de las Bodegas, un enclave emblemático, donde sus ciudadanos han convivido a lo largo de la historia con la naturaleza en su máxima expresión.