«Me parece un poco ridículo»: un soltero reprende a su cita tras protagonizar una peculiar entrada

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César (68), maestro de taller jubilado residente en Matamorosa (Cantabria), construyó su casa con sus propias manos, cada uno de los 33.000 ladrillos. El premio a tal esfuerzo es vivir «en el paraíso». Y su secreto para estar «hecho un pincel» con casi 70 años, «mucho deporte, cultivar la huerta, unos animalitos y árboles frutales». Este miércoles 12 de noviembre, el soltero participó en 'First Dates' buscando una compañera de vida «con las labores hechas, una mentalidad positiva y con valores». En su presentación, Carlos Sobera quiso averiguar cómo se consideraba César en las relaciones, y este lo dejó de piedra al destacar que, «como hago mucho deporte digamos que tengo la testosterona a punto». «Me refería a otras cosas», especificó el presentador. Pero sin quererlo, el comensal le había dado otra pista sobre los requisitos que debía cumplir su pretendienta. El equipo del 'dating show' intentó emparejar a César con Ana (66), una comercial jubilada de Barcelona que, al igual que el cántabro, necesita el deporte en su rutina, pues «si no lo practico empiezo a encontrarme mal». Pero en el estilo de vida saludable terminaban las similitudes entre la potencial pareja. A la soltera le da igual lo que piensen de ella, se siente un poco artista. Y como le salió aparecer en el restaurante marcándose un baile al ritmo de la banda sonora de 'Rocky' para presumir de músculos, no se quedó con las ganas. César dictó sentencia automáticamente al ver el 'show'. «Me parece un poco ridículo, la verdad. Yo no hubiera hecho esa entrada», comentó en privado. El mismo calificativo que usó cuando su cita reveló que uno de los secretos para estar tan en forma es andar para atrás, afirmando que «es buenísimo para la salud». El primer escollo de cara a una potencial relación salió a la luz apenas se sentaron en la mesa. No encajaban nada sus ritmos vitales. César le habló a Ana de su casa y de su vida en el campo, comentando que «la ciudad me agobia». Ella, todo lo contrario, prefiere asfalto y «como Heidi con los animales no me veo, aunque me gustan mucho». Después, la soltera reseñó que le gusta mucho el baile y viajar escapándose a la aventura. Para su cita, recorrer el mundo implica andar en bici, ya sea en Japón o en Ecuador, sus dos últimos destinos. Un plan que no entusiasmó en nada a su acompañante. Además, a Ana le quedaba algo lejos la paternidad de César, que fue padre por tercera vez a los 57 años. No contempla renunciar a lo libre que se siente con sus hijos ya mayores y sin más responsabilidad que ver crecer a su nieto. Así pues, en la decisión final ya estaba todo dicho. Y es que ni siquiera se entraron por los ojos físicamente. A César , no le pareció un pibón, «por mi parte no hay mucha química». Más o menos coincidió con que pensaba Ana sobre él, quien prefiere «otro tipo de hombre más rudo». Por todo ello, estuvieron de acuerdo en que faltó química para repetir una cita.