Perros y pisos: Manuel Halcón y Villalón-Daoiz

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Es, en cierto modo, un misterio cómo va cambiando la concepción de las cosas, los animales, las ideas y las creencias de los humanos. Hoy es A y dentro de treinta años: B. Ya en otros artículos he proporcionado el número de mascotas que existen en España. Entonces, cuando lo escribí, había más mascotas domésticas que niños y niñas entre un día y catorce años. Quizás hoy esté equiparada la cifra. Pero no nos vamos a fijar en ello, sino en cómo ha ido evolucionando la concepción del perro en los pisos, en las viviendas en altura, como árboles clavados en las nubes... Creo que toda realidad es compleja y las personas tienen un alto nivel de adaptación al medio natural, social y cultural para vivir y sobrevivir. Y creo, casi con toda seguridad aunque las cifras estadísticas nos lo tendrían que demostrar, que los mismos que hoy defienden a las mascotas en las casas con toda clase de razones, sus abuelos habrían dicho lo contrario. Un articulista, este texto por ejemplo, sólo menciona un estado de la realidad o del ambiente, o alguna idea, mirada o perspectiva de una cosa, que puede tener diez, tres o cinco variables o causas interrelacionadas. Debe saber, estimado lector/a, a qué juego está jugando cuando lee un artículo de opinión… En este viaje de un pequeño Ulises que voy haciendo por el columnismo literario y de opinión, o personal, por este terruño ibérico, hoy me he encontrado con un tema titulado: Defensa del perro de piso, publicado en ABC el día 11 de diciembre de 1948, redactado por el escritor, periodista, articulista y político Manuel Halcón y Villalón-Daoiz (1900-1989), que hizo un viaje existencial y vivencial entre la estación de principio en Sevilla y la estación de término en Madrid. Ya no recuerdo si fue Sartre quien indicaba que toda obra literaria está concebida, pensada, sentida o deseada por el autor/a para que permanezca siglos, como las obras de Homero, Esquilo o Dante, pero que las obras de ensayo —y los artículos son un subgénero del ensayo literario— lo más seguro es que sean superadas al cabo de dos o tres décadas. En esto del articulismo se percibe claramente: cualquier idea, en cualquier momento, puede ser superada o no creída por la mayoría o la minoría al cabo de una, dos o tres generaciones. En esto de la relación de los humanos con los animales, los domésticos incluidos, la revolución y cambio han sido radicales desde hace siete u ocho décadas, cuando se redactó este artículo de Manuel Halcón, hasta el momento actual. Hay que pensar y ponerse en la piel de cada ser humano; un animal doméstico exige cuidados de diversos tipos y, por tanto, emplear economía personal y familiar. España en 1949, después de la situación de Europa y de la misma España, estaba hecha un trapo por todos los sitios y lugares: la famosa posguerra. Como consecuencia, no había economía que sustentase los animales de compañía; se aceptaban los animales que ayudaban a los hombres en el trabajo. Ramón Tamames indicó en la primera edición de su famosa obra "La Estructura Económica de España" que en ese momento existían más animales de carga para el campo que tractores… Vean fotografías de los años cincuenta y cuarenta: animales de carga llevando carros por Las Cibeles, al menos algunos… Hay quienes piensan que nos hemos civilizado más porque cuidamos más y mejor a los animales en general, y a los domesticados aún más. Y los de compañía, a veces, ya llega a una exageración: se les pone trajes de lana para que no pasen frío, a veces también calcetines, se les compra comida especial y mil otras cosas. Comprendo y entiendo que muchas veces ciertos animales evitan a las personas mucha soledad y sufrimiento, más cuando hay un millón ochocientas mil personas de más de sesenta y cuatro años que viven y medio viven en soledad, en muchos silencios silenciosos, solitarios. Nos compadecemos de esas situaciones porque todo el mundo sufre un caso cercano a él o a ella mismo. Además, en el sector del empleo y la economía es esencial esta dimensión económica… No voy a hablar en contra de los animales domésticos. No. Pero también, quizás, es tiempo de poner un cierto grado de racionalidad y moralidad; un perrito, por muy guapo que sea, por ser un mamífero y ser un animal, tiene unos derechos, pero no puede sustituir —si es posible— a un ser humano. Si es posible. Ciertamente, siempre hemos pensado que quien respeta a los animales también lo hará con los seres humanos. Este escribiente así lo pensó durante muchos años… Hacia 1930-1940 del siglo pasado, un país del centro de Europa fue el primero que creó una gran ley de respeto a los animales, y los mismos dirigentes que crearon y aprobaron esa ley, después, unos años después, llevaron trenes enteros de seres humanos a campos de concentración y exterminio. Por tanto, desde ese momento, no sabemos si es equiparable la idea y la ecuación de quien "respeta a su perro y a los animales en general", si después, unos años después o lustros, podría hacer barbaridades con unos animales racionales que llamamos seres humanos. Bueno, en esta recuperación o recuerdo por el articulismo hispánico, nos hemos encontrado con este autor, Manuel Halcón. No sé a qué generación habría que ponerlo —quizás la del 27, la del 36—; todos esos autores que llaman de segundo nivel en sus propias generaciones. Siempre indico la necesidad de recuperar a tantos autores y autoras en todas las artes y saberes que se consideran de segundo nivel o de tercero, incluso más los de provincias… Aquí tenemos otros olvidados —olvidados de segunda y tercera de las grandes sedes económicas y culturales, y olvidados en provincias—. Debemos mirar la producción cultural por las ideas y la estética, y no por las banderas en las que militaron; obligados, quién sabe, si por sus nacimientos, sus bolsillos, sus circunstancias. Creo que la reconciliación cultural es absolutamente necesaria para que vuelva el sentido común, la prudencia y la racionalidad a esta Piel de Toro. El otro día leí —no recuerdo el articulista o la articulista, era un varón— que se produjo la reconciliación política, la Transición y las amnistías que la acompañaron hace cinco décadas, pero que nunca se ha producido la reconciliación cultural. Que la dialéctica cultural ha continuado. No sé si este juicio o enunciado es verdad. Hago lo que puedo por la reconciliación cultural; si alguien lee algunos de mis artículos, ya habrá notado que cito a todo tipo de cerebros ideológicos del presente y del pasado. Pero en el campo-mar de los articulistas existen cientos, miles, solo en el siglo veinte y lo que llevamos de éste, y no puedo recordar y citar a todos. Es más, de muchos no encuentro datos ni en la Wikipedia… Paz y bien. https://muckrack.com/jesus-millan-munoz © jmm caminero (03 noviembre 2025 cr).