Mudarse a otro país implica mucho más que cambiar de paisaje, idioma o costumbres. Para muchas personas, el proceso de adaptación también se manifiesta en el cuerpo: el metabolismo responde de manera distinta, la piel acusa variaciones en la alimentación y el agua , y hasta el cabello parece adaptarse, o resistirse, a un nuevo entorno. Ese fenómeno, que a menudo pasa desapercibido en los relatos sobre la emigración, ha comenzado a ganar presencia en redes sociales gracias a testimonios personales que exponen cómo, además del conocido choque cultural, existe un c hoque físico que puede resultar igual de desafiante. Ese es el caso de Anna Montoliu, una española que reside en Nueva York desde 2023 y que ha decidido compartir en redes sociales los cambios corporales «más heavys» que ha experimentado durante este tiempo. Su intención, según explica en el vídeo, es aportar información a quienes estén pensando en dar el mismo paso: «No creo que sea la única persona que le ha pasado esto, por eso comparto este vídeo o para que lo sepas si te vas a mudar o vas a venir aquí». La creadora de contenido, que recalca que «me mudé aquí a Estados Unidos en 2023», estructura su testimonio en varios aspectos relacionados con su cuerpo: el peso, la piel y el cabello . Tres áreas en las que, asegura, la transformación ha sido evidente. La española comienza por el tema que, según reconoce, más ha percibido desde su llegada: «Y el primer punto del que voy a hablar es de mi peso». Antes de mudarse, explica, «estaba muy delgada». Desde entonces, ha ganado entre seis y ocho kilos : «Pero no me importa, en plan, estaba muy delgada antes, ahora estoy bien». La influencer subraya que este cambio no responde a una cuestión de dieta desequilibrada, sino a diferencias nutricionales entre Estados Unidos y España . «Y esto claramente es no porque haya comido peor o mejor en su momento, sino porque la comida es completamente diferente», señala, apuntando no solo a las recetas o a la forma de cocinar, sino a los ingredientes y al propio procesado de los alimentos en el país norteamericano. A ese aumento de peso se suma una sensación persistente de hinchazón : «Aparte de subir de peso es como que también te sientes hinchada todo el rato». Un contraste que asegura haber notado inmediatamente cuando regresa temporalmente a España: «Estuve en España hace poco y os lo juro que me adelgacé como 2 kg en dos días, pero es porque estaba hinchada». La creadora de contenido continúa su testimonio relatando cómo su piel también ha cambiado desde que aterrizó en Estados Unidos. «Luego por el mismo factor tenemos los granos en la cara», explica. «Nunca he tenido acné en mi vida, ¿vale? Nunca. Y yo desde que llegué a Estados Unidos, los tres primeros meses fueron, bueno, los seis primeros meses fueron horribles, o sea, tuve muchos granos». Mientras recuerda ese período, muestra fotografías en las que su piel presentaba brotes significativos. Actualmente, aunque la situación ha mejorado, el problema no ha desaparecido del todo: «Ahora me va por días. Hay días que en esta zona de aquí me salen granos», comenta señalando la parte inferior del rostro. Pese a que «me cuido muchísimo la piel», reconoce que «es inevitable», al menos a corto plazo. El cabello , por su parte, también se ha visto afectado por las diferencias en la calidad del agua. Aunque asegura que «tengo el pelo bastante bien porque me lo estoy cuidando mucho», nota claramente cómo varía según el país en el que esté . «Os lo prometo, os voy a poner una foto que cuando piso España, tengo el pelo, yo tengo el pelo ondulado. Cuando piso España se me aclara el pelo y se me ondula. Aquí se me bufa, o sea, la calidad del agua también es completamente diferente», señala. El agua en muchas zonas de Estados Unidos tiene mayor presencia de minerales que pueden alterar la textura del cabello, algo ampliamente comentado entre expatriados. Sin embargo, lejos de presentar estos cambios como un obstáculo insuperable, la influencer subraya que forman parte del proceso natural de adaptación. «Esta es mi experiencia, yo no creo ser la única persona que le pasa esto, la verdad, cada vez que vengo a Estados Unidos», afirma. Y añade un mensaje tranquilizador para quienes estén a punto de emprender un viaje similar: «Pero bueno, es para que lo sepáis, para que os mentalicéis si venís aquí, es completamente normal todas estas cosas, no pasa absolutamente nada. Una se acostumbra a vivir así».