Hacia una eliminación de los programas de crónica social y potenciar los centros territoriales de Televisión Española

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El ente público de RTVE tiene una red de 15 centros territoriales y 52 unidades informativas, una de ellas en Pontevedra, dos centros de producción en Cataluña y Canarias, así como los estudios centrales en Madrid, repartidos estos últimos entre los edificios de Prado del Rey y Torrespaña, sin contar la red de Radio Nacional de España. Todo ello quiere decir que RTVE tiene infraestructura más que suficiente para una descentralización de la programación en una de sus cadenas. Valga como sugerencia que lo más ajustado a la realidad y a la diversidad del país sería eliminar o reducir los programas de la crónica social, y que su misma franja horaria la ocupara una programación regional de calidad, algo que solo puede hacer Televisión Española gracias a su vasta red repartida por todo el país. La programación territorial debería emitirse también en fin de semana. Es un desatino que, mientras los 15 CCTT de TVE están sin emitir los festivos y fines de semana, se divulguen programas del corazón de bajo interés, que en una parte de España no tienen un seguimiento por parte de la población, ni reflejan la realidad del país. Crónica rosa que sí tiene un seguimiento en la Comunidad de Madrid, pero que dista mucho de la realidad del resto del territorio. Sin necesidad de hacer una extensa cronología, en agosto de 1975 empezaría sus emisiones TVE-G con el mítico Panorama de Galicia. Este centro territorial llegaría a emitir hasta dos horas y media de programación en sus mejores momentos, que reflejaba la vida social, cultural y política de una Galicia que entraría con mucho esfuerzo e ilusión en la preautonomía, cuando el presidente de la Xunta de aquella época, Antonio Rosón, no tenía ni coche oficial, en la visita que el presidente de Francia, Valery Giscard d'Estaing, realizó a Santiago de Compostela. Lo que es una auténtica anomalía es que un edificio nuevo como el que en su día se inauguró en San Marcos, a las afueras de Santiago y que alberga la corporación de RTVE en Galicia, solo emita 35 minutos de información regional diaria, ya que llamarle programación sería llamarle algo que no existe. El fomento del idioma gallego pasa por potenciar la lengua propia de nuestro territorio por parte de las televisiones públicas, ofreciendo, en el caso de TVE-G, una franja horaria con programación regional de calidad e intentando llegar a acuerdos con la televisión autonómica para que ambas no se solapen en lo que respecta a sus respectivas emisiones. Se intentó en su día que tres canales privados ofrecieran una televisión regional de cierto nivel en contenidos; no pudo ser y los tres cerraron. Ese espacio debería de ser cubierto por el centro territorial de Televisión Española en Galicia, pero no es normal que una nacionalidad histórica como la gallega tenga este centro emitiendo apenas media hora diaria de lunes a viernes. El Consello da Cultura Galega, con sus 100 medidas, deja claras sus posiciones en la defensa de la lengua de Rosalía de Castro y uno de los cauces, que no el único, para potenciar el uso de la misma es la descentralización de la televisión pública y que, en el caso de Galicia, se hace más que necesario, debido a las peculiaridades sociales, culturales y lingüísticas que en su momento estuvieron cubiertas con una programación específica por parte de TVE-G, algo que en la actualidad se limita a los informativos, teniendo más medios tecnológicos actualmente para una mayor cobertura de la actualidad gallega.