Las tecnologías móviles y la transformación digital contribuirán con 11 billones de dólares al PIB mundial para 2030, cerca de un 8,4% del PIB global, según GSMA Intelligence (Global System for Mobile Communications Association, la asociación comercial que representa a operadores de redes móviles y a empresas del ecosistema móvil de todo el mundo). Sin duda, las autopistas digitales, telecomunicaciones y datos se ratifican como palanca de desarrollo para la economía del siglo XXI, y lo serán más con el desarrollo de la comunicación cuántica , que codifica la información en estados cuánticos en lugar de en los bits clásicos. Todo un desafío que requiere forzar la máquina para atraer y desarrollar talento digital , en tiempos en los que la voracidad del mercado hace que las instituciones académicas no den abasto para surtir de esta 'savia laboral'. De hecho, el próximo miércoles, se celebrará en Madrid la segunda edición de la presentación de Talent Arena , el mayor evento de desarrolladores de Europa que se celebrará durante el Mobile World Congress y que contará con directivos como el director de GSMA, John Hoffman, y responsables de empresas como HP o Airbus para hablar sobre los retos en retención y atracción de talento digital. «La sociedad digital (destaca Eduard Martín, director de Innovación de Mobile World Capital) constituye una nueva era en la historia de la humanidad. El desarrollo de las telecomunicaciones durante el siglo XX y, posteriormente, de la electrónica y la computación han cambiado el mundo de forma definitiva. Las telecomunicaciones concebidas como infraestructuras imprescindibles en nuestro mundo son el principal eslabón en la sociedad digital. Sin ellas, invisibles a los ojos del usuario final, no serían posibles ninguno de los servicios que ahora nos parecen cotidianos». Como añade Martín: «No sólo hablamos de autopistas que físicamente se plasman en cables, nuestras autopistas de datos también se mueven en el éter. Las redes inalámbricas dieron paso a principios de siglo XXI a la ubicuidad de los servicios, y en definitiva a que cambiará definitivamente la manera en la que los humanos nos comunicamos». Manufactura (en Industria 4.0 y con 5.0 en primer tiempo de saludo), servicios financieros, sanidad, automoción, aviación, ' smart cities ' como agrupadora de servicios… todo un universo en el que la nueva era de las telecomunicaciones se desarrolla a gran velocidad, con estudios, como los de McKinsey & Company que destacan cómo un mundo más conectado («más allá de solo 5G») afecta de forma directa a cerca de un 80% de la economía global, en unas autopistas en la que los datos generados y analizados por esas redes no paran de cotizar al alza. Con destacados avances en la 'computación en el borde' y en la precisión 'extremo a extremo' que ha volteado, entre aplicaciones y servidores, el pasado de las telecomunicaciones como un enorme avance gracias a la conectividad. En este contexto, el laboratorio Nextonic (antes, 5TONIC), fundado por Telefónica y por IMDEA Networks, instituto de investigación adscrito a la Comunidad de Madrid ha celebrado recientemente su décimo aniversario, en un evento celebrado en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid. Como subrayó Cayetano Carbajo, presidente de Nextonic y director global de Core, Transporte, Innovación y Ecosistema de Telefónica, en su presentación: «No nos hacemos una idea de los servicios que están por venir y que tendrán que soportar nuestras redes». Desafío que incluye la inmensa cantidad de 'data lakes', de datos generados por los usuarios, dispositivos (IoT), máquinas, vehículos, redes en sí, que se han convertido en un activo económico (y objeto de deseo) central, tutelados por el Reglamento de Conservación de Datos y por el Registro de Operadores de Telecomunicaciones. La Asociación Española de Data Centers (Spain DC) demanda un ambicioso plan de inversiones en redes eléctricas (más de 100. 000 millones de euros hasta 2040) «para que la expansión de centros de datos sea viable», mientras que gobierno y CC.AA, coinciden en la condición de los centros de datos como «motor de la digitalización, de la soberanía de los datos y de la competitividad de España en Europa. No hay 'soberanía del dato' en un país si no hay data centers ». Se prevé que, con vectores como las 'autopistas digitales', la industria de los centros de datos de alojamiento en España pase de los 445 millones de dólares en 2023 a 645 millones de dólares en 2028. Arturo Azcorra, catedrático de Ingeniería Telemática de la UC3M e investigador, y ex director, de Imdea Networks, señala, por su parte, la importancia de que «las startups se integren en este ecosistema en el que ya destacan grandes compañías, como primeros pasos de lo que, en años, serán grandes empresas (las grandes cimentan, las pequeñas, dinamizan). Un esfuerzo colectivo esencial para poder competir con China y Estados Unidos (con menos población que la UE, tiene un 50% más de PIB)». Un entorno global en el que Azcorra denomina a 5G como «la fábrica de servicios» y a 6G «un mundo Matrix virtualizado». También desde el ámbito académico y de investigación, Mari Carmen Aguayo Torres, directora del Instituto Universitario de Investigación en Telecomunicación de la Universidad de Málaga, señala cómo «hemos ido construyendo en los últimos 100 años lo que posiblemente sea el invento más complejo jamás creado: una red de telecomunicación que cubre la Tierra . Pero tenemos aún muchos retos tanto en la red móvil (la futura 6G, que estamos diseñando ya y que se completará hacia el año 2030) como en la red fija (basada en fibra óptica)». Un marco en el que Aguayo destaca «el uso intensivo de la IA por parte de los usuarios, entendidos no solo como humanos sino también como robots, vehículos autónomos, drones, fábricas o dispositivos de salud». Una conectividad integrada, y además, reforzada en tierra-aire-espacio-mar, gracias al uso de satélites de baja órbita y drones para resolver la atención a algunas zonas como las marítimas y otras zonas aisladas, universo en el que Aguayo apunta a aspectos como «diseñar redes que 'comprendan' el tipo de tráfico, por ejemplo, enviando información sobre el objeto detectado en vez de su imagen completa, lo que reduce el gasto energético». Aguayo introduce en la ecuación las variables geopolíticas: «Europa aún mantiene cierta relevancia en las redes móviles con empresas como Ericsson, aunque decayendo en comparación con Asia. En esta área tecnológica, sin embargo, no hay ninguna empresa americana relevante. La propia gestión y optimización de la red de telecomunicación ya saca partido a los algoritmos de inteligencia artificial . Este va a ser un eje fundamental de las mejoras tecnológicas de las redes 6G, que van a ser más abiertas, y donde tanto startups como empresas pequeñas podrán encontrar su nicho». En el caso del COIT (Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicaciones), Adrián Nogales, su director de Relaciones Institucionales, recuerda cómo «desde que, en la década de los noventa del siglo pasado, Al Gore, vicepresidente de Estados Unidos en la administración Clinton, acuñara 'autopistas de la información' lo que fue 'replicado' por la UE con 'Sociedad de la Información' que abarcaba más allá de las infraestructuras físicas, y nos introducíamos en los servicios avanzados digitales, han pasado más de treinta años de evolución tecnológica». Un desempeño clave, en la vertebración del territorio, aún más, como añade Nogales «con un esfuerzo inversor importante por la iniciativa privada desde la liberalización del sector (1997)», un despliegue que desde el gobierno se apoya con programas como Unico. De vuelta a la empresa, Luis Manuel Díaz de Terán, vicepresidente y director de la división de telecomunicaciones de Capgemini Engineering, destaca cómo, en el caso de España, las ' autopistas digitales ' «son claves clave para que la economía española pueda construir modelos de negocio de plataforma». Estos modelos de negocio permiten que clientes y proveedores, a través de las autopistas digitales, compren y vendan productos y servicios de manera muy eficiente, ya que estas infraestructuras permiten que el incremento de los costes por añadir nuevos clientes y proveedores sea mínimo». Y añade su aportación al desarrollo de la inteligencia artificial : «Son clave para su desarrollo, tanto la que reside en la nube como la que se encuentra en el borde de la red, lo cual es fundamental para el desarrollo de la industria 4.0.». Desde DigitalES inciden, por su parte, en la condición de estas 'macrovías' «como primer multiplicador de productividad en España: cubren ≥100 Mbps al 96% de los hogares y sostienen miles de millones en inversión anual, en un país que destaca la cobertura de cifra en el 96,45% de los hogares y en el que las empresas telco invirtieron 6.7 mil millones de euros en 2024 (+12,4% interanual) en redes fijas y móviles de muy alta capacidad, con fuerte despliegue de 5G y más de1.3 millones de nuevos accesos FTTH (Fiber to Home) instalados». Como destaca la asociación: «El despliegue de las infraestructuras de conectividad en España es un esfuerzo multifacético que requiere la cooperación de diversos actores, cada uno con responsabilidades específicas y un rol importante en la creación de un entorno digital robusto, seguro y eficiente. DigitalES trabaja para que las administraciones (nacional, autonómica, local) colaboren con el sector privado para desplegar infraestructuras de forma eficiente. No se trata solamente de que existan redes y autopistas digitales, sino que haya redes gestionadas con visión conjunta: industria, administraciones, reguladores». Como concluyen, en un escenario en el que se espera que las demandas de conectividad tanto en España como en el resto del mundo tengan un crecimiento anual del 20-25% hasta 2030, y que el consumo de datos por usuario crezca en el rango del 15-20%, las 'autopistas digitales' deben permitir un tráfico, muy, muy denso pero, a la vez, fluido: «Sin redes, no hay economía del dato ni IA».