Zohran Mamdani acaba de alcanzar la alcaldía de Nueva York con una poderosa idea fuerza: facilitar el acceso a una vivienda asequible, una quimera hoy. Su gran promesa es congelar los alquileres de renta controlada en una ciudad en la que los alquileres de 2.000 dólares (1.800 euros) son cosa del pasado desde hace años ―hoy rondan los 3.000, de media― y en la que el alto coste de vida golpea incluso las familias con sueldos que prácticamente en cualquier otro rincón de Occidente harían los ojos chiribitas.Seguir leyendo